En la bella y musical capital de Austria se encuentra un lugar que desde hace más de 250 años se dedica únicamente a entretener a sus visitantes, El Prater de Viena. Se trata nada menos que del segundo parque de diversiones más antiguo del mundo inaugurado en 1766. Su nombre en alemán es el Wiener Prater y fue un regalo del emperador Joseph II a los vieneses y desde entonces se ha reinventado como una atracción necesaria y obligatoria para cada el que visite la ciudad.
Durante la segunda guerra mundial el parque fue bombardeado y dejó de funcionar. Sin embargo, gracias a iniciativas privadas, una vez terminada la guerra se comenzó a trabajar en su renovación. Ahora es sin duda el parque de atracciones más grande y completo de Austria.
Su emblemática noria gigante fue construida en el año 1987 y ahora es uno de los símbolos más importantes de la región. La ‘Riesenrad’ es sin duda una de las atracciones favoritas de los turistas, quiénes pueden subir a sus vagones giratorios. La vista panorámica inolvidable de Viena que se obtiene desde arriba es el motivo perfecto para dar unas vuelta en la famosa noria. Incluso ha sido el lugar ideal para propuestas de matrimonio y momentos especiales. Incluso es posible tener una romántica cena a la luz de la luna dentro de cada vagón, pero esta reserva puede costar entre 300 y 400 Euros por pareja.
¿Qué ver?
Si girar en círculo no es lo suyo, existen además decenas de atracciones de todo tipo para un día de emociones al aire libre. Existen montañas rusas comunes, otras donde nos recostamos, otras donde colgamos e incluso algunas que se ven más inocentes como el tradicional ‘Wildemaus’ (Ratón Salvaje). Pero no se confíen, que por más inofensivas que parezcan de seguro sacan unos cuantos gritos en sus curvas. No se preocupen por la seguridad, que si bien el parque tiene más de dos siglos; sus juegos son modernos y renovados.
Las torres no se quedan atrás. Hay torres para subir y bajar en alta velocidad, pero siempre teniendo en cuenta lo que buscan. Para los más arriesgados está la recientemente inaugurada torre de 80 metros, que después de darnos la mejor vista de la ciudad, nos saca el corazón del cuerpo con una caída libre en tan solo unos segundos. También hay opciones más “ligeras” para los menos arriesgados y juegos tradicionales para todas las edades.
Informaciones Importantes
Costo: La entrada al parque es gratuita pero cada atracción tiene su propio costo que varía entre 1 a 7 Euros por persona. Las atracciones más grandes suelen costar entre 4 y 7 Euros, pero valen la pena en su mayoría. Si cuentas con el Vienna Pass, la entrada a la Noria y otras atracciones resultan gratuitas.
Horarios: El parque cierra durante el invierno, por lo que la temporada donde funciona es del 15 de marzo al 31 de octubre. Dentro de estos meses opera desde las 10:00 hasta la 01:00. Si visitas el parque fuera de estas temporadas igual podrás ingresar, pero no podrás subir a las atracciones.
Cómo llegar: El Prater se encuentra muy cerca del centro de la ciudad. Pueden llegar con el metro (Ubahn) con las líneas U1 y U2. El tranvía llega con la línea 5 y 0; y el bus con la línea 80 A. Con cualquiera de estas opciones, deben llegar a la parada ‘Praterstern’ y a la salida de la estación de seguro ya verán la Noria y ésta los guiará.
Fechas especiales: El Prater no deja pasar la oportunidad para celebrar una fecha importante. Por eso es importante que visites sus redes oficiales de Facebook o Instagram para enterarte de sus eventos. En febrero aunque el parque está cerrado suelen ofrecer un desfile por carnaval y en eventos de pascua en abril. Durante el verano se realizan festivales en los alrededores y en octubre se celebra el equivalente al ‘Oktoberfest’ y cierran el mes con increíbles fiestas de disfraces por Halloween. En navidad cuentan con un mercado navideño e incluso un desfile de San Nicolás y Krampus. Y para cerrar el año con broche de oro; si decides visitar Viena el 31 de Diciembre descubrirás que es uno de los sitios favoritos de los capitalinos para recibir el año nuevo con fuegos artificiales y conciertos.
Los juegos tradicionales
Aunque mencionamos que los juegos son modernos, por supuesto que también quedan algunos que nos remontan a los inicios de este lugar. Uno de ellos, que por más terrorífico que parezca realmente es un viaje al pasado; son las conocidas ‘Geisterbahnen’ (trenes fantasma). Estas casas del terror ofrecen un recorrido “espeluznante” por una casa embrujada, donde los visitantes viajan dentro de un vagón que recorre las instalaciones. No vamos a spoilear las sorpresas que hallarán dentro de la casa, pero esta atracción es recomendada por remontarse al año 1933.
Al igual que estas casas embrujadas, otra actividad recomendada por su historia son las casas de diversión (cada una con diferente nombre pero similar fachada). Éstas se encuentran a lo largo de todo el parque y dentro es imposible no soltar risas después de todas las trampas o cuartos que uno debe cruzar para llegar al final. Desde túneles movedizos, hasta escaleras que cambian de lugar, toboganes o espejos de distorsión; entrar a estas casas nos garantiza pasar el susto de que nos deja una ‘Geisterbahn’.
La gastronomía del Prater
La emoción da hambre, y eso el Prater lo sabe muy bien. Además de ser un parque temático, es el lugar perfecto para probar una ‘Wiener Schnitzel’ o cualquiera de los platos típicos de Austria. Los restaurantes cuentan con menús de todo precio para que la gente pueda descansar y comer en los típicos jardines de los restaurantes. También encuentras hamburguesas o más ‘Comfort Food’ en caso de que solo busques calmar el hambre con algo conocido.
Uno de los restaurantes más famosos es el ‘Schweizerhaus’. Aunque irónicamente su nombre se traduce como ‘Casa Suiza’, ofrece lo más tradicional de la comida austriaca. El establecimiento es el más antiguo del parque ya que funciona desde 1766, aún antes de que se convirtiera en un parque de atracciones. Sus instalaciones, al igual que el parque, fueron destruidas durante la segunda guerra mundial pero en 1947 volvió a funcionar.
Pero si preferimos quedarnos en el tema de las atracciones, incluso a la hora de comer, el ‘Rollercoaster Restaurant’ es la opción más ideal y divertida que vas a encontrar.
¿Te imaginas comer en un restaurante donde robots envían tu comida y ésta llega por pequeñas montañas rusas en el local? Pues este restaurante lo cumple. La experiencia es única y con suerte hasta podrás ver los shows de luces y bailes de los robots. Aunque aquí la comida no es típica, sus hamburguesas sí que valen la pena para una experiencia tan novedosa y extravagante.
Si eres de los que gusta picar, no puedes irte sin probar un ‘Langos’. Se trata de una masa frita redonda que puede llevar diferentes ingredientes encima. También la puedes comer sola. Su olor a ajo es sin duda fuerte, pero es una de las comidas para llevar típicas del parque, al igual que las salchichas.
¿Y si no me gustan las atracciones?
Pues eso es lo de menos. Igual te recomendamos dar una vuelta por este alucinante lugar. No solo por ser el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo, sino también por ser el lugar perfecto para dar una vuelta, comer rico y quizás visitar los alrededores. El Prater cuenta a sus costados con algunas de las áreas verdes más grandes de Viena. Son perfectas para caminar en un día de sol, hacer un picnic o simplemente encontrarse con amigos.
Si eres amante de los parques temáticos incluso puedes buscar hoteles en los alrededores (encontrarás muchos y de todo precio). Lo importante es que te diviertas y conozcas un poco de esta hermosa atracción y su increíble ciudad. Ya sea en juegos mecánicos, carritos chocones o en juegos donde puedes ganar premios, el Prater es una visita perfecta ya sea que viajes solo, con amigos, en pareja o con tu familia.
¡Disfruten de su tour en el Wiener Prater!