¡Hola viajeros!
Imagino que ya sabíais que Cuenca no es sólo la ciudad.
Si no que toda la sierra tiene muchas cosas para ver y descubrir.
Un enclave lleno de fauna y flora que aguarda a los más aventureros.
Por lo que si os gusta hacer unas rutas de senderismo allá dónde vais, cálzate las botas y vente conmigo a descubrir Cuenca de esta peculiar manera.
En esta ocasión me gustaría hablaros de una ruta conocida como “Ruta de Rocas y Ríos”.
Es una ruta que parte desde Cuenca, ciudad construida entre rocas, hoces y ríos, tenemos que coger la carretera que ya os he mencionado en otros artículos, la CM-2105.
Nos vamos a adentrar de lleno en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, compuesto por más de setenta y tres mil hectáreas de maravillas naturales.
Gracias a esta ruta vais a poder descubrir parajes tan impresionantes como el Ventano del Diablo, ¿curioso nombre no?
También tendréis la oportunidad de conocer la Laguna de Uña, el Embalse de la Toba, el Parque Cinegético del Hosquillo, y otros enclaves que ya conocéis como la Ciudad Encantada o el Nacimiento del Río Cuervo.
Igualmente podréis visitar poblaciones serranas como Villalba de la Sierra, Uña, Huélamo, Tragacete y Las Majadas.
El Ventano del Diablo
A tan sólo veinte kilómetros de la capital nos encontramos con el pueblo de Villalba de la Sierra y allí encontramos el Ventano del Diablo.
Esta sería nuestra primera parada en esta ruta por la Serranía de Cuenca.
Se trata de un mirador natural en una especie de cueva horadada en la roca desde la que podemos observar el Río Júcar abriéndose paso por una garganta.
Hay que tener cuidado los días en los que haga mayor viento, ya que el Ventano se encuentra a una altitud de unos cientos de metros de desnivel.
Desde allí podremos observar diversas especies de aves como el buitre leonado o simplemente disfrutar de las impresionantes vistas del barranco del Júcar.
Sin duda es una parada obligatoria para quién visita la Serranía de Cuenca.
Y como está a camino de la Ciudad Encantada, ¡no hay excusas!
Vamos ahora a lo realmente interesante, o al menos para mí.
¿Por qué se llama Ventano del Diablo?
En realidad hay dos leyendas sobre el origen de este nombre.
Dicen las lenguas populares que éste era un lugar donde el Demonio realizaba sus sesiones de brujería y hacía acto de presencia empujando al vacío a todo aquel que osara asomarse por sus balcones.
Esta es sin duda la leyenda más conocida.
La otra leyenda cuenta la historia de un padre y su hijo que fueron a cazar un día por las inmediaciones.
De repente el cielo se puso negro y empezaron a caer rayos, por lo que fueron bajo el techo del Ventano del Diablo para resguardarse.
A pesar de estar protegidos, uno de los rayos alcanzó al padre causándole la muerte.
El niño, tremendamente asustado, bajó corriendo a Villalba de la Sierra gritando:
“¡A mi padre se lo ha llevado el Diablo!”
Y desde entonces, este lugar se quedó con este curioso nombre.
Si te estás preguntando si puedes ir con niños, la respuesta es sí, pero tener especial cuidado para evitar que se acerquen mucho a los miradores.
Laguna y cortados de Uña
Uña es un pequeño municipio serrano, a tan sólo treinta y seis kilómetros de Cuenca.
En este municipio de la Serranía de Cuenca encontraremos una laguna donde bien merece la pena parar para contemplarla y disfrutar de los imponentes cortados de roca a su alrededor.
Existen varias rutas de sendermismo dentro de Uña, pero hoy os quiero hablar concretamente de dos.
La Senda de la Laguna de Uña
Esta ruta es un paseo fácil de recorrer por su corta distancia y accesibilidad, por lo que es ideal para realizar con niños o con personas con movilidad reducida.
Realmente se trata de un camino que rodea la propia laguna.
Es una ruta circular, ya que el inicio y el final son en el mismo lugar, aunque el sitio donde iniciarlo, lo puedes decidir libremente.
Yo te recomiendo iniciar este paseo en el Mirador de la Laguna, un punto elevado de este humedal desde el cuál podrás observar la fauna que lo habita, o contemplar la impresionante puesta de sol.
A lo largo del sendero, os vais a encontrar bancos por si queréis descansar.
Desde ahí, vamos a encontrarnos un camino asfaltado ancho y cómodo.
A mano derecha te vas a encontrar con unas escaleras que van a dar a un lugar de culto, la Ermita de la Virgen del Espinar.
Aquí podremos ver una talla de madera de una Virgen escondida en un pequeño abrigo de roca caliza.
Continuando nuestro camino por el asfalto, a ambos lados vamos a ir siempre protegidos por los cortados que resguardan la laguna.
Por esta zona, si tenéis suerte, podréis observar al buitre leonado, ya que es un inquilino habitual de la zona, anidando normalmente en lo más alto de los cortados.
Una vez que has llegado hasta aquí, puedes ir a visitar la piscifactoría de El Rincón de Uña, sobre todo si vas con niños.
Este rincón natural, nos va a recibir con un precioso manantial nada más atravesar la puerta.
La piscifactoría tiene dos partes diferenciadas, una para los turistas y otra privada.
En la parte para los visitantes, podréis observar truchas de diferentes tamaños y edades, así como algunas especies exóticas como la carpa o la trucha arcoíris.
Es en la zona privada, donde los trabajadores se encargan de preservar la especie de la trucha común para repoblar los ríos Tajo, Júcar y Segura.
Dejando atrás la piscifactoría y continuando por un camino de tierra, llegaremos a un lugar gobernado por enormes tilos que descansan a la orilla de un arroyo.
Es el Arroyo de Royo Frío, un afluente de la Laguna de Uña.
A lo largo de nuestro recorrido pasaremos por diversos puentes que cruzan una y otra vez el canal.
En el camino, aunque haya que desviarnos un poco, vamos a encontrar un observatorio de fauna a orillas de la laguna.
Igualmente merece la pena desviarse un poco de la ruta para pasear por las diferentes pasarelas de madera e inmortalizar el paisaje.
La Ruta de los puntales de Uña
Otra ruta que podéis hacer en este enclave natural de Cuenca es la Ruta de los puntales de Uña, donde paseareis entre cortados y miradores.
A pesar de que Uña es un pueblo pequeño, posee varias rutas para poder disfrutar aún más de la naturaleza.
Esta ruta también comienza y termina en la laguna, aunque en esta ocasión la ruta es algo más difícil que la anterior.
Ahora empezamos por el camino asfaltado que nos lleva hacia la piscifactoría.
Ahora empezamos a subir, hay que ir por la Ruta del Escalerón, ruta que está bien señalizada, por lo que os resultará fácil de encontrar.
Y, como bien su nombre indica, es una escalera, por lo que paciencia y mucha agua para completar la ascensión.
Si es necesario, podéis parar en cualquier momento para tomar un poco de aire, pero de verdad que una vez lleguéis arriba, las vistas merecen la pena.
Si tenéis la suerte de que el día amanece nublado, es muy probable que al llegar arriba, os encontréis con la niebla por debajo de vosotros.
Hasta aquí va a ser más o menos fácil, ya que sólo teníamos que seguir las señales amarillas y blancas del PR (Pequeño Recorrido).
Veréis que hay una señal del PR 37, que lleva a la Ruta de la Raya, pero tenemos que pasar de largo, ya que no es esa ruta la que nos interesa ahora.
El camino a seguir en ancho y cómodo, aunque no hay que olvidarse que al estar en plena naturaleza, nos podemos encontrar con animales salvajes.
Después de llevar un tiempo andando, toca cambiar el rumbo para empezar a caminar a través de la gran muela de los puntales, en dirección a Uña.
El camino continúa siendo fácil y cómodo.
Vamos a ir viendo poco a poco el cortado donde se encuentran los grandes puntales, y debajo podemos ver la carretera de Tragacete.
Los puntales más impresionantes son el Puntal de Canto Blanco y el Puntal de La Santilla.
Incluso desde aquí arriba podéis ver el Embalse de la Toba.
Diría sin duda que esta es una de las rutas más bonitas que hacer en Cuenca.
Según vamos avanzando y acercándonos al pueblo, podemos ver la laguna cada vez más grande.
Pero hay otro puntal que es aún más representativo de Uña, estoy refiriéndome al puntal de Peña Rubia, desde donde podemos observar la belleza de este pueblo y su laguna.
Una vez que ya hemos disfrutado de las impresionantes vistas, toca bajar.
Esta es probablemente la parte más complicada del camino, ya que no existe un sendero de bajada “oficial”.
Muchas veces depende de cuál veamos que es el mejor camino.
Hay que tener en cuenta este pequeño detalle, a la hora de decidir si hacéis la ruta solos o acompañados.
Embalse de la Toba
Si seguís la carretera que os ha llevado hasta Uña durante unos cuantos kilómetros, a la derecha vais a comenzar a ver el Embalse de la Toba.
Este embalse se encuentra en un paraje de 158 hectáreas, y fue construido en el año 1925.
El enclave sin duda es de admirar, ya que se encuentra rodeado por montañas, siendo además una de las reservas de agua más importantes de la Serranía de Cuenca.
Este lugar es muy visitado por los conquenses, sobre todo en verano ya que es una zona apta para el baño, además de tener aparcamiento de fácil acceso.
También es posible alquilar unos kayaks o unas tablas de paddle surf, para poder recorrer este precioso embalse.
Al tratarse de un pantano, es recomendable ir con cangrejeras o escarpines, para evitar dañarnos con las rocas o las ramas del fondo.
Durante la tormenta Filomena de este año, el embalse se llegó a congelar, ofreciendo un espectáculo a la vista de todo aquel que fue a verlo.
Parque Cinegético del Hosquillo
Si os gustan los animales, hemos llegado al lugar más mágico de la Serranía de Cuenca.
El Hosquillo fue creado como Parque Cinegético Experimental en el año 1964.
El parque es un laboratorio natural donde se llevan a cabo labores de conservación, investigación y educación ambiental, para estudiar y conservar diversas especies de fauna.
¿Por qué se llamó Hosquillo?
Este nombre proviene de su orografía hosca y de difícil acceso, situándose en un valle asimétrico.
Desde luego, conocer este parque es una experiencia que nadie debería perderse.
Sus habitantes son ciervos, corzos, gamos, muflones, cabras montesas y osos pardos, entre otros.
Pero no sólo habitan mamíferos en él, ya que también es un centro de rescate de aves, donde llevan a todas las aves que han sufrido alguna lesión y liberándolas después de curarlas.
Igualmente aquí viven especies de aves protegidas como el águila real, el halcón peregrino, el buitre leonado o el búho real, que anidan en sus cortados.
También encontramos en sus arroyos a nutrias, truchas y sapos.
Una lástima que hasta hace relativamente poco tiempo, en este parque también habitaba el lobo ibérico, pero acabó por desaparecer.
Como curiosidad, el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente dedicó a los osos que habitan en el Hosquillo, el primer documental sobre la fauna de España en la serie El Hombre y la Tierra.
Las Majadas
Tras disfrutar del Parque Cinegético, la ruta nos deja ahora en Las Majadas.
Nuestra parada final en esta ruta por la Serranía de Cuenca.
Es un municipio conquense que cuenta posiblemente con una de las formaciones rocosas más impresionantes que hayamos visto.
Si os acordáis cuando os hablaba del Tobogán en la Ciudad Encantada, estos callejones son aún más impresionantes.
De hecho se le conoce como “la otra Ciudad Encantada”.
Son formaciones rocosas que han adoptado su forma por el paso del tiempo y la acción erosiva en la roca caliza.
El paisaje parece un mar de piedra donde encontramos arcos, puentes y pasajes.
Y no sólo deleita a quién viene a visitarlos, sino que han sido escenario de diversas películas como “Conan, el Bárbaro” y “El mundo nunca es suficiente”, película de la saga de James Bond.
Así finalizamos esta ruta que hemos comenzado para descubrir las maravillas que nos ofrece la serranía de Cuenca.
Maravillas en las cuáles la mano del hombre no ha tenido tiempo de hacer muchos estragos todavía.
Por ello, mientras podamos, debemos disfrutar de ellas.
¡Hasta la próxima!