Una ciudad que enamora, en el sentido más amplio de la palabra. Los variopintos rincones de La Habana dejan huella en el corazón: sus calles, el encanto que desprenden, el carácter afable de sus gentes…Una villa perfectamente imperfecta que a pesar de sus carencias tiene un halo especial, y cuya esencia ya mostramos recientemente en el calendario solidario La Habana 500 de Livegens.
Reconocida oficialmente como Ciudad Maravilla, la capital de Cuba reúne todos los ingredientes para disfrutarla en pareja o con tus seres queridos. Porque los rincones de La Habana invitan a enamorarse, ya sea de una persona especial o incluso de la propia vida. En la ciudad no es difícil encontrar lugares que se prestan al romanticismo, pero algunos destacan por encima del resto.
Malecón de La Habana
Sin duda, una de las estampas más románticas de La Habana es la de una pareja sentada en el Malecón. A lo largo de sus 8 kilómetros de largo, el muro más emblemático de la ciudad está lleno de pescadores, grupos de amigos y por supuesto parejas de enamorados. Las vistas al Atlántico, la agradable brisa y las maravillosas puestas de sol son algunos de los alicientes de uno de los rincones imprescindibles de La Habana.
Además, justo enfrente del Malecón habanero (al final de la mítica calle 23), es muy recomendable una visita a los jardines del Hotel Nacional. Un espacio verde y cuidado desde el que podrás disfrutar de las mejores vistas del Atlántico, con entrada gratuita. A este plan puedes añadir una paradita en la célebre heladería Coppelia (situada en la misma calle), para probar los helados más conocidos y económicos de la ciudad.
Parque Almendares
Dentro de los parques de La Habana, el Almendares es el más grande y está considerado el pulmón de la ciudad. Situado junto al río del mismo nombre, entre los barrios habaneros de Playa y Plaza de la Revolución, el parque forma parte del Bosque de La Habana. Un espacio verde de más de 700 hectáreas en medio de la ciudad, con una vegetación frondosa y salvaje que a buen seguro te sorprenderá.
En el Parque Almendares puedes pasear en pareja, tomar el fresco o simplemente disfrutar del entorno. Si te gusta la naturaleza, es un rincón de La Habana que no puedes dejar de visitar, sobre todo si tienes la oportunidad de hacerlo en buena compañía.
Parque Central
Si hablamos de parques, es imposible no mencionar el céntrico Parque Central de La Habana. Una plaza arbolada situada frente al Gran Teatro Alicia Alonso, con varias palmeras que arropan a la estatua del héroe nacional José Martí. El parque está situado en un emplazamiento privilegiado, rodeado del patrimonio histórico y monumental de ciudad.
A escasos metros del parque se encuentra el Capitolio de La Habana, donde puedes hacer una parada para sentarte en sus escaleras a charlar. O también varias calles peatonales para pasear junto a tu pareja, como el Paseo del Prado (inspirado en el de Madrid y que llega hasta el Malecón), la zona de tiendas de la calle Obispo o las cuatro plazas coloniales más conocidas de la ciudad: Plaza de Armas, Plaza Vieja, Plaza de la Catedral y Plaza de San Francisco de Asís.
Bahía y puerto de La Habana
Tradicionalmente, La Habana ha sido una ciudad muy ligada al mar. Justo al final del Malecón (frente a la Embajada de España), el Atlántico sigue su curso y se adentra en la bahía de La Habana, donde se encuentra el puerto de la ciudad y la terminal de cruceros. Una zona muy cuidada y bonita para caminar, con una fachada marítima llena de pequeñas barquitas que ofrece bonitas vistas del otro lado de la bahía. Desde esta zona podemos ver las fortificaciones de La Habana y el barrio de Casablanca, un lugar perfecto para poner el broche de oro a una romántica jornada en la ciudad.
Allí podréis contemplar la panorámica más espectacular de La Habana, y disfrutar de una puesta de sol al atardecer que se quedará grabada en tu memoria.
Puesta de sol desde Casablanca
Como ya mencioné en un artículo anterior, hay varias formas de cruzar al otro lado de la bahía para llegar al barrio de Casablanca. De hecho, es posible hacerlo tanto por carretera como por vía marítima. Una posibilidad es coger un taxi privado frente al Parque Central (la opción más cara, aunque os puede compensar si sois varias personas), o utilizar el autobús público de La Habana. Que no es nada eficiente pero sí muy barato, ya que el viaje te costará menos de 1 peso cubano (en concreto 40 centavos). Sin embargo, bajo mi punto de vista la mejor forma de cruzar la bahía es coger la lanchita de Casablanca, que sale cada media hora desde un pequeño embarcadero junto a la terminal de cruceros. Una especie de barquito muy antiguo pero lleno de encanto, con el que podrás llegar a Casablanca por 1 CUC (precio oficial fijado para turistas) en poco más de cinco minutos.
Al llegar a Casablanca en la lanchita, saldrás a una pequeña plaza y desde ahí tendrás que caminar un poquito para llegar al mirador más bonito del barrio. El camino es cuesta arriba, pero realmente merece la pena. Cruza la plaza, sigue la carretera que sube hacia la izquierda y tras unos minutos sin abandonar la senda te encontrarás con la enorme escultura del Cristo de La Habana. Frente a su figura, descubrirás la mejor vista panorámica de La Habana.
Como recomendación personal (especialmente si vas en pareja), te aconsejo acercarte al mirador a media tarde. Si el cielo está despejado, algo que por suerte no es nada difícil en La Habana, podréis disfrutar de una romántica puesta de sol al atardecer. Los tonos anaranjados se funden con el colorido y el océano que baña la ciudad, y te dejarán un recuerdo inolvidable.
2 comments
[…] son las estupendas vistas panorámicas que ofrece de La Habana. Que en combinación con las inolvidables puestas de sol al atardecer, te permitirán hacer fotografías para el […]
[…] mirador muy recomendable del que ya hablé más a fondo en artículos anteriores, situado al otro lado de la bahía de La Habana. Casablanca es un barrio con mucho encanto y ofrece […]