Ubicación
Capadocia es una región con hermosos parajes que ver y disfrutar en la península de Anatolia, o Asia Menor. Se ubica a unos 800 kilómetros de Estambul y a unos 350 al sur de Ankara.
Si te encuentras en cualquiera de las dos ciudades, puedes tomar un avión a la región de Capadocia, que cuenta con dos aeropuertos principales. Uno de ellos en la ciudad de Kayseri, bastante más grande y con mayor frecuencia de vuelos. El otro en Nevşehir que, si bien se encuentra más cerca de la zona turística, cuenta con menor combinaciones de vuelos.
Aunque el aeropuerto de Kayseri se halle más lejos, a unos 70 kilómetros de la zona que vamos a visitar, dada la mayor frecuencia de vuelos , el precio bastante menor, y el hecho de que haya traslado desde el aeropuerto por un módico precio, unos 4€ al cambio, es el que personalmente te animaría a utilizar.
También tienes la opción, que yo te recomendaría, de alquilar un coche en el aeropuerto. Aunque no lo hagas, y prefieras depender del autobús para desplazarte por la zona, que también puedes hacerlo, el coche es bastante más cómodo y te facilita las cosas.
Un poco de historia
Capadocia, cuyo nombre en persa significa tierra de hermosos caballos, ha sido una ubicación clave a lo largo de la historia. Por su región, de apenas 50 kilómetros de diámetro, se han ido sucediendo grandes civilizaciones ya desde el neolítico.
En una de sus ciudades, Çatalhöyük, se encontró la que es probablemente la pintura paisajista mural más antigua del mundo, del año 6200 a.C. aproximadamente.
Por ella pasaron los asirios, los primeros comerciantes que se establecieron en la región atraídos por las riquezas naturales de la zona. A ellos les sucedieron los hititas, que crearon en sus territorios el primer gran imperio de la zona, y que llegó a extenderse hasta la gran Babilonia.
Les invadieron los persas, hasta su conquista por el gran Alejandro Magno, cuando comenzó su periodo helenístico. Formaron parte esencial del Imperio romano, con una ruta comercial entre Capadocia, Esmirna y Éfeso tan consolidada, que se acuñaron monedas con los nombres de sus ciudades.
En el siglo IV d. C. toda la región se convirtió al cristianismo, comenzando, durante los siglos posteriores a aparecer numerosas iglesias pintadas y excavadas en rocas.
Cayó en manos de los selyúcidas, antepasados directos de los turcos en el siglo XI. Ellos la convirtieron en parte esencial de la ruta de la seda. A lo largo de todo el territorio de la Capadocia llegó a extenderse una red de caravasares, posadas para viajeros, que contaban con enfermerías, caballerizas o mezquitas, y que eran convertidas en baluartes defensivos ante las invasiones.
Fue testigo directo de las luchas entre cruzados, bizantinos y turcos durante siglos, hasta que definitivamente pasó a formar parte del Imperio otomano en el siglo XV.
Formación geológica
Hace más o menos 60 millones de años que se formó la cadena montañosa del Tauro, creando en la región una serie de valles entre volcanes, que en las múltiples erupciones se fueron cubriendo de magma y toba volcánica.
Este material no es muy resistente al desgaste natural del viento, del agua o la erosión natural. Se fue desgastando hasta crear las imágenes increíbles que vemos hoy en día, con formaciones rocosas que parecen mantener una estática imposible, cuevas, naturales o artificiales y valles entre montañas.
Dado que la roca caliza que lo forma es muy porosa y fácil de cavar, y el clima es extremo, con inviernos fríos y veranos excesivamente cálidos, no es extraño que la región se cubriera de cuevas artificiales donde sus habitantes establecieron sus viviendas.
Además del hecho de que la zona sufriera invasiones constantes y repetidas a lo largo de su historia, lo que contribuyó a que sus moradores buscaran refugios subterráneos en los que guarecerse y proteger a sus rebaños.
A consecuencia de todo lo anterior, la región quedó repleta de ciudades subterráneas, llenas de galerías, que a veces se comunicaban unas con otras, y que llegaron a acoger a más de 20000 personas en su interior.
Dónde alojarse
La región que vamos a visitar requiere movernos entre diferentes pueblos, por lo que no es necesario que la ubicación del alojamiento se encuentre en uno de ellos en especial.
La zona ha evolucionado mucho en los últimos años. El auge turístico que sufrió la región ya en los años 70, en los que apenas había alojamientos, obligó a la gente de los pueblos a alquilar habitaciones a los turistas. Hoy en día, ya habituados a este fenómeno, podemos encontrar hoteles de todo tipo y para todos los bolsillos en cualquiera de los pueblos que vamos a visitar, así que no te preocupes.
Personalmente he viajado en varias ocasiones a la zona, y me he alojado en diferentes pueblos. En Göreme, Ürgüp y Üçhisar. Cada uno tiene su encanto, eso ya depende del gusto personal. Göreme está repleto de turistas, al ser el más cercano a lo que vamos a visitar, por lo que no es tan auténtico como los otros que te he mencionado.
Como punto a favor, al ser más turístico, hay algo más de vida por la noche. Aunque no te emociones, no es Estambul. Después de cenar, y como mucho sentarte en una terraza, no hay nada que hacer salvo irte al hotel a descansar.
La única recomendación que te hago es el tipo de alojamiento.
Pero es algo personal. Prueba a alojarte en un hotel excavado en la roca, hoteles cueva, que les llaman. Es la forma más auténtica de sentir la forma de vida de la región a lo largo de la historia. Los hay para todos los bolsillos, así que anímate.
Qué ver en Capadocia
Parque nacional de Göreme
Forma parte de la lista de la UNESCO como patrimonio de la humanidad desde 1985. Su ubicación, entre dos volcanes extintos y en pleno valle, repleto de formaciones geológicas únicas, lo hacen un punto de partida ejemplar para comenzar nuestro viaje.
Es la zona donde comenzó a crearse la vida monástica de toda la región, con un asentamiento monacal que nos remonta al siglo IV, y que se alargó en el tiempo hasta bien entrado el siglo XIX.
A lo largo de todo el recorrido podemos encontrar diversas estancias pertenecientes a los monasterios, como refectorios, cocinas, almacenes, habitaciones para los monjes y numerosas iglesias.
El largo periodo histórico que abarca Göreme, se manifiesta en las diferencias entre sus edificaciones. Estas evolucionan desde el periodo iconoclasta bizantino, en el que apenas se representaban imágenes en las iglesias y las que había eran de estilo geométrico, a un periodo más tardío. En él vemos iglesias decoradas con frescos de índole religiosa, que se han mantenido en mejores o peores condiciones, dependiendo del desgaste natural y añadido, pues sirvieron como refugio de pastores,que en ocasiones dañaron los frescos.
Actualmente se pueden visitar 11 iglesias, todas ellas excavadas en la roca, aunque hay otras tantas cerradas con rejas, evitando posibles derrumbes.
Las llamadas Iglesia Oscura, Iglesia Elmalı e Iglesia Çarıklı, cuentan a través de sus frescos diferentes escenas de la Biblia, vidas de santos, escenas de la Virgen o de Jesús.
La más llamativa de todas es la Iglesia Oscura, por la que hay que pagar un extra, aparte de la entrada, para verla.
Definitivamente merece la pena. Su acceso es complicado, a través de una escalera tallada en la roca, pero en cuanto accedes al interior, te dejará impresionado.
Su nombre se debe a que apenas cuenta con ventanas al exterior, por lo que sus frescos han conservado sus colores originales. Tuvieron que hacer una limpieza exhaustiva, ya que la iglesia se utilizó durante años como palomar, en consecuencia quedó cubierta de excrementos de ave. Sin embargo, una vez finalizada la restauración, sus frescos recuperaron toda su belleza.
Üçhisar
Se encuentra ubicada a 7 kilómetros de Göreme, y es el punto más alto de la región. Lo más impresionante de este pequeño pueblo es su castillo. Es una fortaleza excavada en la roca, donde aún podemos observar las diferentes estancias, destinadas a todo tipo de usos a lo largo de la historia. Incluso hoy en día muchas siguen siendo utilizadas como palomares, donde los agricultores recogen los excrementos de las aves, excelente fertilizante natural para los numerosos viñedos de la zona.
Las vistas desde arriba son espectaculares, merece la pena subir sólo por ver el valle de las palomas, y al otro lado, a lo lejos, las chimeneas de las hadas.
Ortahisar
Su nombre en turco significa la fortaleza del medio.
Es una fortaleza excavada en la roca, de unos 90 metros de altura. A pesar de ser más pequeña que la de Üçhisar, pero que también merece la pena visitarla. El pequeño pueblo es el que más conserva su autenticidad a pesar de las avalanchas de turistas que ha sufrido la región. Te gustará pasear por sus estrechas calles y visitar sus comercios repletos de artesanía. Es una zona donde se ubicaban grandes almacenes subterráneos para guardar y preservar los cítricos, manzanas y patatas.
Si paseas por la calle principal, te encontrarás con la iglesia de Ali Reis, con un fresco de Cristo en la cúpula principal.
También puedes visitar el Museo de la cultura, primer museo etnográfico de la región. Está ubicado en el antiguo ayuntamiento de la ciudad, que posteriormente se convirtió en hotel y después en museo. Consta de doce salas en las que se describe la forma de vida de la región. Desde la agricultura, el ritual del baño turco, la noche de la henna antes de una boda, la fabricación de las alfombras y tapetes o técnicas de impresión en las telas.
Ürgüp
Ürgüp es un bonito pueblo de tamaño considerable, repleto de bonitos restaurantes, bodegas y hoteles con encanto. Por cierto que no os he comentado que la zona de Capadocia es rica en viñedos, que suministran vino a todo el país.
La calle principal es un ejemplo de las hermosas construcciones otomanas de piedra. Puedes pasear por su bazar, donde encontrarás artesanías típicas de la zona. Verás telas con bonitos motivos hititas estampados en ellas con prensas de madera, lo que las hace únicas, o los famosos cuadros hechos con la técnica de ebru.
Puedes subir a la colina de los deseos, donde la tradición dice que debes asomarte, beber un té y pedir un deseo. Las vistas, sobre todo al atardecer, son impresionantes.
A unos 2 kilómetros de la ciudad podemos encontrar el valle Kızılçukur. Su nombre viene del color rojizo de sus piedras, sobre todo durante la puesta de sol. Si te apetece acercarte, desde luego que merece la pena ver el atardecer desde allí.
Hay tantos lugares hermosos que visitar en Capadocia, que no puedo concentrarlos en un sólo post. Estate atento, llegará una segunda parte…