Paxos y Antipaxos, el nido de amor de Poseidón

Elegidas por dioses y amantes de la belleza, Paxos y Antipaxos son con seguridad uno de los paraísos terrenales más cercanos. Os voy a explicar por qué deberíais visitar estas dos islas al menos una vez en vuestra vida.

Empezaremos con una curiosidad, y es que hay muchas islas griegas que van por parejas. El nombre de la más pequeña empieza por “anti-”, que en griego significa “frente a”, como Paros y Antiparos, Kithera y Antikithera, Tilos y Antitilos, Psara y Antipsara, Milos y Antimilos, etc. 

Antipaxos es, por tanto, la isla pequeña enfrente de Paxos, de la que hablaremos más adelante y dejamos para el final para vuestro disfrute. Por otro lado, sabed que el nombre de Paxos tiene origen en la época de los fenicios, ya que fueron estos quienes colonizaron la isla en la Antigüedad. Este nombre también puede proceder de la palabra griega que describe la entrada al puerto de la capital de Paxos, Gaios, que es estrecha y alargada. Por cierto, los griegos la llaman Paxí y el gentilicio es paxinós.

 

El mito de Poseidón enamorado

 

Cuenta el mito griego que el Poseidón, el dios de los Siete Mares, las tormentas y los terremotos, y protector de los marineros, se enamoró perdidamente de la bella Anfítrite, una nereida que bailaba felizmente en una remota isla del Mar Egeo. A pesar de que ella huyó hasta esconderse en el fin del mundo, Poseidón envió a sus delfines a buscarla y el más ingenioso la encontró. Poseidón recompensó al animal convirtiéndolo en un ser inmortal.

Mientras tanto, y ya con Anfítrite en sus brazos, el dios empezó a buscar un lugar secreto y seguro donde esconder a su amada para que nadie pudiera admirar su belleza, sólo él. Cuando finalmente llegó al Mar Jónico, y al no haber encontrado el sitio adecuado, golpeó el extremo sur de la isla de Corfú con su tridente, fracturando la costa y creando las islas de Paxos y Antipaxos, donde creó su nido de amor.

En el proceso perdió su tridente, que muchos años más tarde fue encontrado por los isleños, quienes lo convirtieron en el símbolo de la isla.

La pareja contrajo matrimonio y se estableció allí. De la unión nacieron tres hijos: Tritón el demonio marino, y dos hijas, Rodos y Venthesikimy.

No es de extrañar que Poseidón (Neptuno para los romanos) decidiera vivir en esta parte del mundo. Paxos y Antipaxos están consideradas entre las islas más hermosas del planeta, y vamos a conocer a continuación por qué tenéis que visitarlas al menos una vez en la vida.

 

Historia de Paxos: Batallas y castillos durante siglos

Griegos y romanos

La isla ha sido escenario de grandes batallas navales, y muchos barcos se hundieron a pocos metros de sus costas. En 432 a. C. corfiotas y corintios lucharon por el control de la región; los piratas ilirios vencieron a los corfiotas en 229 a. C., precipitando la llegada de los romanos un año más tarde, y cuentan que en el año 31 a. C. Marco Antonio se refugió aquí con Cleopatra depués de perder la batalla de Actium.

Turcos, piratas y venecianos

Durante la Edad Moderna, Paxos fue parte de la República Veneciana, al igual que muchas otras islas griegas, que evitaron la ocupación de los turcos otomanos gracias a la fuerza militar de sus protectores. En 1537 las fuerzas navales españolas y los ejércitos del Papa ayudaron a los venecianos en la lucha contra los turcos en una gran batalla, liderada por el genovés Andrea Doria. Pero en 1571 los turcos consiguieron conquistar Paxos, masacrando a los habitantes que no tuvieron tiempo de escapar a las tierras cercanas.

 

El héroe de 1821

Durante el siglo XIX Paxos y Antipaxos fueron parte del protectorado británico de las Islas Jónicas, evitando la ocupación turca que sufrió el resto del país pero prohibiendo que sus súbditos participaran en la Revolución contra los otomanos. Aún así, el joven capitán paxiota Georgios Anemogiannis se unió a la Resistencia e intentó prender fuego a los barcos de los turcos en Lepanto, pero fue capturado y ejecutado antes de conseguirlo.

En honor a su memoria, en Gaios fue erigida una estatua que recuerda su acto de valentía.

 

Conoce Paxos un poco mejor

¿Dónde está Paxos y cómo llegar?

Paxos es la menor de las siete Islas Jónicas y se encuentra a unas siete millas náuticas al suroeste de Corfú, tan cerca que es visible desde la costa sur de esta isla. Es tan pequeña que no tiene aeropuerto. Para llegar aquí hay que hacerlo (lógicamente) en barco, y hay varias opciones: el ferry (que tarda unas cinco horas y media desde le puerto de Igoumenitsa) y el dolphin hydrofoil o aerodeslizador desde Corfú, que hace el recorrido en cincuenta minutos. En 2021 se inaugurará una línea de hidroplano, que fue pospuesta debido a la crisis mundial de 2020. Paxos está a una distancia de 8 millas náuticas (15 km) de la costa del Epiro y 12 millas (22 km) del puerto continental de Parga.

Si venís en avión, lo mejor es hacerlo vía Corfú, que es el aeropuerto más cercano. Además, las empresas que hacen el trayecto en aerodeslizador suelen ofrecer un servicio de traslado gratuito o a bajo precio hasta el puerto.

¿Cómo es Paxos?

Paxos tiene 29 km2 de extensión y tiene una máxima altitud de 241 metros. En la isla viven alrededor de 2500 habitantes durante todo el año, más los viajeros que visitan el lugar durante el verano, que no son muchos. Al igual que muchas otras islas griegas, está cubierta de olivos, que eran la principal fuente de ingresos de la isla hasta hace veinte o treinta años. 

Actualmente sus felices habitantes viven, lógicamente, del turismo.

Las costas orientales de las islas son suaves mientras que las costas occidentales son atrevidas y abruptas, con notables formaciones naturales: cuevas, arcos, formas abovedadas, escarpados acantilados …

La isla fue proclamada Villa Cultural Oficial de Europa en el año 2004, y por esta razón se organizan cada verano numerosos eventos culturales, musicales y artísticos que atraen a muchos visitantes, deseosos de disfrutar del ambiente bohemio y de sus maravillosas costas al mismo tiempo.

¿Qué ver en Paxos?

Paxos tiene dos puertos principales, Gaios, la capital, al sureste, y Lakka, en el extremo norte de la isla y segunda en importancia. El resto son pueblecitos y aldeas de mar y campo.

Los pueblos costeros están llenos de casas de pocos pisos y callejuelas estrechas, «kadounia«, como las llaman los paxineses o paxiotas. En el interior los asentamientos están rodeados de olivares y consisten en casas tradicionales de piedra, generalmente orientadas hacia el este, que cubren, de una manera muy ingeniosa, las necesidades de la familia local y sus necesidades agrícolas.

Hay que añadir que la oferta hostelera de la isla es de gran calidad: hay muchas villas de lujo, hoteles boutique y apartamentos, que, en cualquiera de sus categorías y precios, están muy bien cuidados y mantenidos, ya que los paxiotas están muy orgullosos de su isla y desean transmitir esta sensación a todos los que la visitan.

Dicen que el color de sus aguas es de los más bonitos del mundo. Mires donde mires, un mar azul esmeralda, transparente como el cristal, rodea la isla.

La mayoría de las playas son pequeñas calas, de guijarros o arena, y suelen estar poco concurridas, dado que la isla no recibe demasiados visitantes, incluso en temporada alta. Aún así, veréis muchos yates de lujo que hacen rutas por todo el Mediterráneo, atraídos por la belleza de la costa.

Muchas de las playas tienen acceso por carretera, pero las más bonitas, como suele ser habitual en las islas griegas, están un poco más alejadas, y hace falta caminar por senderos durante un rato hasta alcanzarlas. Uno de los sitios más bonitos (aunque de difícil acceso) es el Arco de Tripitos, hermosa formación natural de rocas sobre el mar localizada en el sur de Paxos, que podéis disfrutar en este vídeo.

Las Cuevas Azules

Una de las joyas más conocidas de Paxos son las Cuevas Azules, el la costa oeste de la isla. Cuentan que los piratas escondían sus barcos allí, aunque si vais ahora encontraréis unas enormes cavidades en la roca en las que admirar el azul turquesa de las aguas del Mar Jónico. Hay muchas excursiones que hacen esta parada obligada, tanto desde Corfú como desde el mismo Paxos, y si decidís venir no os las podéis perder.

El castillo de Leonardo da Vinci

Del paso de los venecianos han quedado huellas en forma de castillos y fortalezas, una de ellas el fuerte de San Nicolás, construido en 1510 según un diseño de Leonardo Da Vinci (según cuentan las crónicas locales). Si os apetece verlo podéis acercaros a la isla de Agios Nicolaos, que está enfrente de Gaios.

 

Pueblos de Paxos

Gaia o Gaios, el puerto

La capital de Paxos es Gaios o Gaia, un pueblo precioso y pintoresco que rodea el puerto, protegido por dos pequeñas islas, Agios Nikolaos y Panagia, creando un bonito fiordo que recibe a los visitantes que llegan por mar. En Gaia (o Gaios) hay mucha vida cultural, tiendas, mercado, dos cajeros automáticos, una farmacia y oferta hostelera. A 100 metros de la plaza principal sale un autobús que recorre toda la isla de lunes a viernes, una buena opción para los que no queréis alquilar un coche o una moto.

Desde Gaia se puede hacer senderismo hacia las playas más al sur de la isla, donde descubriréis fascinantes espacios naturales aislados y, muchas veces, desiertos. La playa más cercana es la de Gianna, a cinco minutos andando. Hacia el norte encontraréis más playas, a las que se puede llegar fácilmente en coche. 

También desde aquí salen pequeños barcos que os llevan a Antipaxos en el día, visita obligada.

En el lado norte de la isla se encuentra Lakka y en la costa este el encantador pueblo-puerto de Loggos.

 

Lakka

Localizado al norte de Paxos, Lakka es un precioso pueblo junto al mar, el segundo en importancia de la isla. Tiene una hermosa bahía arenosa que crea unos colores mágicos al reflejar la luz del sol a cualquier hora del día. En su puerto anclan yates y pequeños barcos atraídos por la belleza del lugar, y tiene un ambiente muy agradable y acogedor.

Loggos o Logga

A 5 kilómetros y medio de Gaios camino de Lakka encontraremos Loggos, aún más bonito si cabe que los dos anteriores enclaves. Tiene un paisaje pintoresco rodeado de bosques de olivos, junto con una antigua fábrica de aceite de oliva. Es conocido su ambiente cultural, ya que aquí tienen lugar varios festivales de música griega y contemporánea, y además hay una galería de arte.

 

¿Dónde alojarse en Paxos?

La isla tiene oferta para todos los bolsillos, y por lo general todos los alojamientos, sean del precio que sean, están muy cuidados y muy bien mantenidos.

Hay hoteles-boutique de lujo construidos en antiguas mansiones venecianas, acogedores apartamentos románticos llenos de detalles en casas de piedra tradicionales, y hoteles o estudios familiares con piscina a precios muy asequibles. En Vive Corfu os pueden enviar todo tipo de sugerencias a vuestra medida sin compromiso.

 

La isla de Antipaxos, remanso de paz

Antipaxos es una de las joyas secretas de todo el Mediterráneo, sólo con ver una imagen podemos hacernos a la idea de la gran belleza de esta isla en miniatura, sus aguas de colores increíbles con playas espectaculares y naturaleza en estado puro. Aquí hay sólo dos tabernas en Voutoumi y otras dos en la playa de Vrika, abiertas sólamente en verano y recientemente se han habilitado dos casas rurales para ofrecer alojamiento. Esto es todo.

Si venís desde Paxos en uno de los barquitos que salen desde Gaia os dejarán en uno de los pequeños puertos del este de la isla, que puede recorrerse a pie fácilmente atravesando viñedos y campos llenos de árboles frutales. Os recomiendo que vayáis a las playas más al norte, adonde no llegan los barcos que hacen las excursiones desde Corfú, que son otra opción para conocer la zona si estáis en esta isla de vacaciones.

La última propuesta que os hago hoy es un crucero en velero por el Jónico, en el que descubrir y admirar estas y otras islas maravillosas. Si os apetece, echad un vistazo en este enlace. A la espera de mi próximo post sobre las rutas en velero, os deseo felices planes de viaje.