¡Hola viajeros!
Pues sí, esta semana voy a dedicar este post a hablaros de una calle de la ciudad de Cuenca.
Imagino que os estaréis preguntando, ¿qué tiene esta calle de importante o interesante para dedicarle todo un artículo?
Pues en principio tiene mucha historia la calle en sí, y también deciros que es uno de los iconos de esta ciudad de la serranía conquense.
¡Empecemos!
Calle Alfonso VIII
En primer lugar me gustaría remarcar que las fachadas de la parte antigua de la ciudad también fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Como os estaréis imaginando el nombre de esta calle se debe al Rey Alfonso VIII.
Recordemos que fue Rey de Castilla entre 1158 y 1214, y conquistó la ciudad en el año 1177, que hasta ese momento se encontraba ocupada por los musulmanes.
Pero, ¿tuvo siempre ese nombre?
Pero no siempre tuvo este nombre, pues antes de llamarse así se llamaba calle de la Correduría, ya que era en esta calle donde se encontraban todos los comercios de la ciudad.
Tuvo otros nombres, como calle de Cárcel, por existir en ella la antigua cárcel de Cuenca.
De hecho todavía hoy se puede ver un gran escudo en la fachada de lo que fue la cárcel de la ciudad.
Es una calle cuya extensión va desde la Iglesia de San Felipe Neri hasta la anteplaza, justo al llegar al Ayuntamiento
Sirve de unión entre la parte baja y la parte alta de la ciudad.
Entre los edificios emblemáticos que nos podemos encontrar en esta calle encontramos dos.
Casa de nacimiento de Jose Luis Coll
Imagino que muchos de vosotros sabíais quién era Jose Luis Coll.
Para quiénes no lo sepáis, deciros que formó parte de uno de los dúos cómicos con mayor fama y repercusión en la historia de España, Tip y Coll.
Pero Jose Luis Coll no sólo era humorista, sino que también fue actor y escritor.
Sin duda, si no conocéis a Tip y Coll, os recomiendo que busquéis en YouTube alguno de sus videos.
Casa del Corregidor
¿Quién era el Corregidor?
Pues era la máxima autoridad de la ciudad, era un alcalde nombrado por el rey y con competencias en asuntos administrativos y judiciales.
A principios del siglo XVI, la Casa del Corregidor estaba situada en otra parte de la ciudad, y en 1541 se traslada a donde está hoy en día.
La Casa del Corregidor fue la primera Prisión Real en Cuenca, albergando posteriormente los Juzgados y el Archivo histórico.
Es un edificio que si lo vemos desde la calle Alfonso VIII tiene una altura de tres plantas, y que se convierten en siete plantas si lo vemos desde la parte posterior.
Actualmente están rehabilitando el edificio para albergar el Archivo Municipal.
Continuamos en la calle Alfonso VIII de Cuenca
Paseando por esta calle, vais a poder ver un muro al lado derecho o el izquierdo, según si subís o bajáis.
Es un muro construido en 1916 y que está decorado con hiedra. Además es uno de los puntos clave para ver las procesiones en Semana Santa.
Las casas de colores
Bien, vamos ahora a hablar de las tradicionales casas de colores de la calle Alfonso VIII.
Primero me gustaría decir que no siempre estuvieron así, sino que fue a lo largo del siglo XIX cuando se puso de moda pintar las fachadas.
De hecho, en las primeras vistas que hubo de la ciudad, de la mano del pintor Anton Van DenWyngaerde, las fachadas se veían de color blanco.
Estas casas de colores son un símbolo muy importante de la ciudad.
Son unos edificios construidos a ambos lados de la calle que se estrecha al llegar a la anteplaza, pero esto no limita su luminosidad gracias a todos estos colores.
Podrás ver casas de casi todos los colores: azules, naranjas, amarillas, rojas, grises, etc.
El conjunto forma un espectacular juego cromático que varía según la luminosidad del día.
Además, cuando las observéis vais a ver que prácticamente todas tienen pintado un marco blanco alrededor de las puertas y ventanas.
Este marco se llama “blincada”, y consistía antiguamente en una medida de seguridad.
El nombre que recibe no es casualidad, pues se llamaron así por una razón.
En una ciudad donde no había iluminación alguna, con una oscuridad total por la noche, se pintaron unos cercos blancos alrededor de puertas y ventanas para facilitar la visibilidad en la oscuridad.
Se trataba, como he dicho más arriba, de una medida de seguridad para poder ver si entraban ladrones en las casas, aprovechando la oscuridad de la noche.
Pero, ¿y el nombre de “blincadas”?
Pues porque los ladrones blincaban por las ventanas para acceder al interior de las viviendas.
Los rascacielos
¿Os acordáis cuando antes hablé de que había ciertos edificios que por el lado de la calle Alfonso VIII tenían tres o cuatro alturas, pero por el otro lado tenían siete?
Pues esto sucede porque justo por la parte posterior de esos edificios estaríamos en plena hoz del Huécar y en el barrio de San Martín, donde los edificios están incrustados en la propia roca.
Pero ya os hablaré otro día sobre este barrio.
Túneles de la calle Alfonso VIII de Cuenca
Bajo la ciudad se esconde un secreto…
Existe una Cuenca subterránea que comenzamos a descubrir hace relativamente poco tiempo.
Son unos túneles que se usaban con diversas finalidades: algunos de ellos formaban parte del acueducto medieval, otros eran criptas de iglesias, especialmente en el casco antiguo y otros fueron utilizados durante la guerra.
Refugios antiaéreos
Estos túneles fueron utilizados como un resguardo durante la Guerra Civil.
Los responsables de la defensa pasiva de la ciudad, diseñaron todo un entramado de túneles y pasadizos subterráneos para que cada vecino tuviera cerca una entrada.
Una vez acabó la Guerra Civil, los túneles fueron conservados por el régimen franquista ante una posible participación en la Segunda Guerra Mundial.
Visitables, hoy en día, disponemos de 90 metros de pasadizos subterráneos y es un enclave perfecto para conocer más la historia, secretos y leyendas de la ciudad.
La entrada principal a dicho túnel la encontramos en la calle Alfonso VIII, frente al número 87.
Existen otros túneles repartidos por la ciudad, pero éste es el único que está abierto al público.
Os recomiendo que paséis por la oficina de turismo que se encuentra en la Plaza Mayor para informaros sobre precios y horarios de visita.
Esta semana nos quedamos por aquí.
¡Hasta la próxima, viajeros!