Hoy os ofrezco un plan diferente, lejos de la bulliciosa Estambul, un día de excursión en barco desde Estambul al Mar Negro. Tan sólo nos llevará unas horas, pero nos ayudará a conocer el estrecho del Bósforo. Esa lengua de agua salada, profunda y llena de vida, que comunica el mar Negro con el Mar de Mármara, y que ha sido el eje estratégico en el que se ha organizado la ciudad desde su fundación.
Datos teóricos sobre el estrecho
El estrecho del Bósforo une el mar de Mármara con el Mar Negro, siendo el único acceso marítimo de este último. Con una longitud de 30 kilómetros en su totalidad, es la franja que separa los continentes de Asia y Europa. De ahí su importancia estratégica a lo largo de la historia.
Muchos son los que han poseído su control desde la antigüedad, los griegos, romanos, bizantinos, otomanos. Fue el principal motivo de conflicto en territorio turco durante la primera Guerra Mundial, y se llegó incluso a poner bajo el mando de una coalición de países europeos tras la derrota del Imperio Otomano.
Su importancia es tal que aparece con frecuencia en los mitos griegos y romanos. Por él navegó Jasón con los argonautas en busca del vellocino de oro, adentrándose en un viaje repleto de peligros y monstruos marinos por el Mar Negro, del que consiguió salir victorioso.
Fue el lugar elegido para la creación de la colonia griega de Byzans, que fue creciendo hasta convertirse en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, y posteriormente del Otomano.
Es un estrecho traicionero, de corrientes marinas adversas y numerosos recodos que dificultan la navegación. Aun a pesar de ello, su tráfico marítimo se ha incrementado de tal manera que el gobierno turco ha comenzado con la construcción de un canal alternativo más al norte, para aliviar el trajín de las cargadas aguas del Bósforo.
Para hacernos una idea, el tráfico diario de barcos que cruzan el estrecho hacia el mar Negro o en dirección contraria asciende en la actualidad a más de 130. Eso sin contar el trayecto de los barcos urbanos de una costa a otra. Tan sólo hablamos de los enormes barcos de carga de contenedores, de gigantes petroleros, de barcos cargados de gas, de inmensos cruceros que parecen edificios flotantes.
La belleza del Bósforo
Aun a pesar de este tráfico diario, el Bósforo es el que dota de una parte esencial de esa belleza a Estambul. A lo largo de él se crearon pequeñas aldeas de pescadores que, si bien hoy en día han pasado a ser devoradas por la inmensa urbe, no han perdido su carácter de pueblo, donde la población es aún escasa, y la belleza se ha mantenido intacta durante los siglos. Son espacios donde escapar del bullicio, del caos de la ciudad, de las prisas y el estrés.
Lugares donde disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece el estrecho, donde disfrutar de un buen desayuno, donde comer pescado. Espacios para relajarse y disfrutar de la naturaleza.
Desconexión total al alcance de la mano
Si llevas varios días en Estambul, oyendo el tráfico por doquier, la algarabía general de millones de habitantes, las voces de los vendedores, las bocinas, tal vez te apetezca desconectar un poco. Tomar aire para seguir el ritmo frenético de la mega urbe.
Es muy fácil. Está al alcance de cualquiera. Y tan sólo cuesta entre 2 y 4 euros al cambio conseguir un pasaje de ida y vuelta (12-25 TL a día de hoy). Depende de si eliges el tour corto o largo.
Seguro que he captado totalmente tu atención, así que te cuento más.
Acércate al muelle de Eminönü, junto al puente Galata, y busca en los letreros aquellos que dicen Boğaz Turları (tours por el Bósforo). Ahí has de decidir qué tour de los dos te apetece más hacer. Si lo que buscas es una desconexión total y tienes tiempo, te recomiendo que hagas el largo, que dura unas seis horas más o menos.
Tour corto
Es el más adecuado si no dispones de mucho tiempo y no quieres quedarte con la pena de no haber podido navegar por el Bósforo. Te costará unos 2 euros (12 TL) y en un par de horas te encontrarás de vuelta en el muelle. La frecuencia de barcos es mayor que en el tour largo, por lo que no te preocupes si pierdes uno, tienes posibilidades de coger el siguiente.
En este tour verás toda la costa europea, el distrito de Beşiktaş, donde se encuentran ubicados los famosos palacios de Dolmabahçe y Çırağan, hasta llegar a Ortaköy, con su emblemática mezquita junto al mar y el puente del Bósforo (Boğaz Köprüsü, que cambió su nombre por el de los mártires del 15 de julio tras el intento de golpe de estado). Continua adelante hasta llegar a la fortaleza Rumeli.
Junto al segundo puente, el de Fatih Sultan Mehmet, el barco gira, acercándose a la orilla asiática, donde seguirás disfrutando de las maravillosas vistas hasta llegar a Üsküdar, para comenzar el retorno de vuelta a Eminönü.
Tour largo
Este tour parte del mismo muelle de Eminönü, pero dura alrededor de seis horas y te costará unos 4 euros (25 TL al cambio).
Si dispones de tiempo, te recomiendo este sin dudarlo. El recorrido inicial es el mismo que el del tour corto, salvo que al llegar al segundo puente no da la vuelta, sino que continua hasta la entrada al Mar Negro.
Hace varias paradas a lo largo del trayecto para que suban más pasajeros, pero no es hasta la última, el pequeño pueblo de Anadolu Kavağı, donde nos debemos bajar.
Vamos a concentrar nuestra atención en este tour así que comienzo con los datos prácticos.
Horarios
El horario de salida desde el muelle de Eminönü es a las 10:35 por la mañana (consulta en la página de la compañía de ferrys porque cambian de invierno a verano). Te recomiendo llegar un poco antes para poder elegir sitio donde sentarte. Si estás en la ciudad con buena temperatura, te encantará sentarte en el exterior y disfrutar del paseo.
El recorrido de ida dura casi dos horas, exactamente hasta las 12:25, donde llegará a la parada final en el pequeño pueblo de pescadores de Anadolu Kavağı, de donde saldrá de nuevo a las 15:00 (para las 16:40 estarás de vuelta en el muelle de Eminönü). Es en ese pequeño pueblo donde aprovecharemos para comer.
Lugares emblemáticos que verás a lo largo del Bósforo
- Palacio Dolmabahçce→ construido en pleno siglo XIX junto al mar, fue el primer palacio europeo de la ciudad, convirtiéndose en vivienda habitual de los sultanes a partir de ese momento, en sustitución del Palacio de Topkapı. Su estilo neobarroco, imitando a los grandes palacios europeos, es muy característico y sus dimensiones lo hacen fácilmente reconocible desde el barco.
- Palacio Çırağan→ antiguo palacio otomano construido en el siglo XIX por dos arquitectos armenios bajo las órdenes del sultán Abdulaziz I. En época imperial era algo bastante habitual que los nuevos sultanes se construyeran palacios, en vez de utilizar los de sus antecesores. Este es el último ejemplo de esa práctica. Actualmente es un hotel de lujo.
- Mezquita de Ortaköy→ fue mandada construir por el sultán Abdülmecit, en el siglo XIX, encargada a los mismos arquitectos que el palacio de Dolmabahçe. Era de uso imperial, incluso se decía que la familia del sultán cruzaba cada viernes el estrecho desde su palacio de Beylerbeyi para rezar en ella. Su ubicación junto al estrecho y casi bajo el puente la hacen uno de los iconos de la ciudad de Estambul.
- Puente del Bósforo→ se construyó en los años 70 del siglo XX. Con una longitud de poco más de un kilómetro, une ambas orillas y facilita el cruce de todo tipo de vehículos.
- Palacio Beylerbeyi→ palacio ubicado ya en la orilla asiática del estrecho, enfrente del barrio de Ortaköy, fue construido en el siglo XIX como residencia de verano imperial, y lugar de recepción de políticos y diplomáticos extranjeros. Como anécdota se cuenta que la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoléon III, se alojó en este palacio durante su viaje al canal de Suez con motivo de su inauguración. Al entrar en el palacio Beylerbeyi del brazo del sultán Abdülaziz, fue recibida con un soberano tortazo por parte de la madre de este, por su desfachatez. Aun a pesar de ese desafortunado hecho, la emperatriz quedó encantada con su visita.
- Los yalı→ son las mansiones de madera ubicadas en ambas orillas a lo largo del estrecho del Bósforo. La mayoría de las que se han conservado se construyeron en el siglo XIX y principios del XX. Eran enormes mansiones con embarcadero propio, construidas en madera, siguiendo las directrices de la construcción típica otomana. Durante el Imperio otomano llegó a haber más de 400 yalı, cuyos colores venían dados en base al estatus social de la persona. Los de color rojo oscuro, casi granate eran únicamente para miembros del estado, los musulmanes los pintaban de color claro, y los no musulmanes de color gris. Dada la poca durabilidad de la madera, muchas de estas mansiones se perdieron presa de los incendios, y otras fueron derruidas. Los maravillosos ejemplos que nos quedan han sido restaurados en pleno siglo XX, procurando mantener su esencia original. Como dato curioso decir que los yalı son propiedades cuya venta está controlada por el gobierno, impidiéndose que pasen a manos extranjeras, y que alguno de ellos llegó a colarse en la lista Forbes de las viviendas más caras del mundo.
- Arnavutköy→ es uno de los barrios en la orilla europea del Bósforo que verás desde el barco, con una sucesión de edificios otomanos adosados de madera. Su nombre literalmente significa villa de los albaneses en turco, y se denomina así porque en ella vivieron los guerreros albaneses que trajo consigo el sultán Mehmet el Conquistador en el siglo XV. Es un barrio que históricamente ha representado a la perfección la unión entre las tres culturas que cohabitaban en el imperio, pudiendo encontrar en él aun hoy en día, una sucesión de mezquitas, iglesias y sinagogas que lo demuestran. El frente que presenta hacia el mar es uno de los más hermosos del estrecho.
- Rumeli Hisarı→ es la primera fortaleza construida por el futuro sultán Mehmet el conquistador, en la orilla europea del Bósforo, apenas un par de años antes de la caída de Constantinopla. Fue ubicada en este espacio dado que es una de las zonas más estrechas del Bósforo, lo que les permitía controlar la flota bizantina. Tras la caída de la ciudad perdió su uso como fortaleza defensiva y fue reconvertida primero en puesto aduanero y más tarde en prisión.
- Anadolu Hisarı→ es la hermana mayor de la anterior, construida 200 años antes, como parte de la campaña de bloqueo de la flota imperial bizantina, en un intento de hacer caer la ciudad. Se encuentra en la orilla asiática del Bósforo, en el distrito de Beykoz.
- Puente de Fatih Sultan Mehmet→ es el segundo puente, a 5 kilómetros del primero. Se construyó en los años 80 y enlaza la autopista de Edirne- Ankara.
- Kanlıca→ es un pequeño barrio de la costa asiática del Bósforo, muy famoso por su yogurt. El yogurt de Kanlıca lleva produciéndose desde 1893, y no ha variado en su forma ni ingredientes desde entonces. Es una mezcla de leche de vaca y oveja, heredero del yogurt que fabricaban los búlgaros tras emigrar y establecerse en Estambul durante la guerra otomano- rusa. Era vendido en tarros de cristal y se hizo famoso por sus propiedades antibióticas. Desde entonces cinco generaciones de la misma familia ha continuado con la fabricación. A menudo se sirve con mermelada, miel o azúcar. Si queréis probar el yogurt, no os preocupéis. Hay un vendedor que sube al barco cuando este llega al muelle de Kanlıca y podréis probarlo sin moveros de vuestro asiento.
- Rumeli Kavağı→ es un pequeño pueblo pesquero, situado en la costa europea, casi en la entrada del Mar Negro. Durante el siglo XVII se construyó en él un castillo fortaleza para evitar los asaltos navales de los cosacos que llegaban del Mar. Muchos de los inmigrantes rusos huidos en la guerra ruso-otomana del siglo XIX se asentaron en este pequeño pueblo de pescadores.
Nuestro destino final: Anadolu Kavağı
Hasta aquí llega nuestro recorrido en el barco. Nos encontramos ya en la orilla asiática, justo en el término del estrecho, que se abre para dar paso al Mar Negro. Son las 12:25 y tenemos unas dos horas y media por delante para explorar el pueblo y comer.
Anadolu Kavağı es hoy en día un pequeño pueblo de pescadores, con una población de 2000 personas, si contamos al personal de las instalaciones militares de la zona. Apenas se oyen ruidos ajenos a la naturaleza: el agua del mar golpeando las rocas del muelle y el sonido cantarín de los pájaros.
Pero fue un enclave de importancia estratégica en su época, un lugar desde el que vigilar la entrada al Mar Negro. Fue creado en época griega, y de uso continuado como puesto de vigilancia para romanos y bizantinos.
En la época en la que los humanos vivían atemorizados de los dioses, los griegos pensaban que la entrada al Mar Negro estaba custodiada por dos enormes rocas llamadas Symplegades, que se movían la una hacia la otra, atrapando a su paso a cualquier nave que intentara el paso. Así pues se convirtió en lugar de parada obligada para realizar ofrendas en busca de ayuda antes de adentrarse en un mar que era considerado peligroso e impredecible.
Más tarde, ya en época bizantina, se construyó la fortaleza de Yoros, de la cual aún quedan restos. En 1352 los genoveses se hicieron cargo del castillo y lo destinaron al cobro de derechos de aduana. Hasta que fue conquistado por el sultán Fatih Mehmet, dos años antes de la caída de Constantinopla, y destinado a la vigilancia de la entrada al estrecho.
Visitando la fortaleza de Yoros
Los escasos restos que se conservan del castillo están a un kilómetro del centro del pueblo. Eso sí, mentalízate, cuesta arriba. Es un bonito paseo hasta el pequeño monte donde se ubica la fortaleza, a unos 200 metros sobre el nivel del mar.
Y merecen la pena las vistas. Ante ti se abre la entrada al Mar Negro y el último puente del Bósforo (puente Yavuz Sultan Selim), construido en el año 2013. A día de hoy es el puente colgante más alto del mundo.
Una vez que hayas disfrutado de las vistas y de la tranquilidad que se respira ahí arriba, ya puedes ir a comer. Hay numerosos restaurantes repartidos por el pueblo, algunos junto al muelle, otros de camino a la fortaleza.
Yo, desde luego, no voy a decirte dónde comer. Es una cuestión muy personal, y supongo que cada zona tiene sus ventajas, una por la cercanía al mar, la otra por las maravillosas vistas. Lo demás depende enteramente de tu elección personal.
Disfruta de la comida y de un paseo hasta que llegue el barco y te lleve de vuelta a la ciudad. Seguro que has disfrutado del día tanto como lo hice yo.
Y otra sugerencia. Si no te apetece tomar el barco de vuelta a Eminönü, porque quieras probar otra cosa o te apetezca quedarte más tiempo en el pueblo, no te preocupes. Todo tiene solución. Tan sólo debes buscar la parada del autobús y coger el 15A (Poyrazköy- Üsküdar), que te llevará hasta Üsküdar, donde la frecuencia de barcos para cruzar a Eminönü es mayor y puedes aprovechar más el día.