Aquellos viajeros que están pensando en viajar a conocer el sur del continente americano, no pueden perderse de visitar Esquel, un lugar en la Patagonia Argentina.
Así es, esta hermosa ciudad ubicada al sur de Argentina, en la provincia de Chubut es verdaderamente imperdible por su naturaleza y cultura.
Aquí enunciaré las 5 cosas para hacer en Esquel, permitiendo conocer esta ciudad en tan solo una semana.
Lago Futalaufquen
Al igual que en Neuquén, la provincia chubutense, cuenta con esta preciosa ciudad en donde abunda naturaleza.
El lago Futalaufquen está ubicado a 62 km del centro de la ciudad, en el Parque Nacional Los Alerces.
Se puede llegar con un bus que tiene su punto de salida en la terminal de ómnibus de la ciudad y su servicio es económico.
(También lo es el bono contribución que se paga al ingresar al parque).
Este lago se caracteriza por tener agua cristalina y rocas de todos los colores, además desde su orilla tiene una excelente vista.
Frente a él se encuentra a lo lejos, la famosa Cordillera de los Andes, junto a la arboleda que lo rodea, resulta una naturaleza perfecta.
Es ideal para pasar el día, respirar mucho aire fresco y disfrutar del sonido relajante del agua correr.
Resulta necesario antes de partir a este lugar, llevar una vianda con alimentos para almuerzo/merienda, dado que no cuenta con muchas opciones para comprar.
Lago Verde
Con el mismo bus anterior y por el mismo camino, un poco más adentro del Parque Nacional, nos encontramos también con este bello lugar.
El Lago verde, lleva su nombre, justamente por el color del lago, ¡Luce increíble desde sus miradores!
Rodeado de flora, este punto es ideal también para pasar el día, aunque se suele recomendar, sobre todo, para acampar.
Desde ahí, salen distintas excursiones para recorrer el parque, y actividades como kayak y otras.
Además se puede ir a conocer el árbol Alerce Abuelo o Alerce Milenario, de más de 2600 años de antigüedad.
Trevelin
Esquel es una ciudad ideal para época invernal, por su extraordinario paisaje de montañas nevadas y su estilo cabañero/acogedor.
Siguiendo esa línea, el pueblo de Trevelin, ubicado a tan solo 26 km del centro de la ciudad, no puede dejarse de lado.
La historia lo constituyó como el sitio en donde se ubicó una colonia galesa y sembró su cultura.
Por eso, una interesante actividad para realizar es desayunar o merendar en las casas de té que posee.
En este caso, aunque al principio pueda parecer algo elevado el precio de menú, al ver la variedad pastelera, realmente convence.
En Trevelin a su vez se encuentran dos museos para conocer, si se quiere saber un poco de su historia:
– El Museo Cartref Taid, historia del caballo Malacara y la llegada de los colonos galeses.
– El Museo Regional del Molino Andes, con valiosos objetos históricos, pertenecientes a la colonia galesa que arribó a principios del siglo XX.
Por último, en este interesante pueblito recomiendo tomar un descanso en una pequeña placita, disfrutando de una fabulosa vista a las montañas andinas.
La Trochita y Nahuel Pan
Un paseo que no hay que perderse, es el que se realiza a bordo del trencito La Trochita.
Se trata de una máquina de casi 100 años de antigüedad y que vale la pena experimentar en su histórico recorrido.
Además de ser un hermoso paseo por las alturas es entretenido por la empatía de sus coordinadores y la música de un guitarrista nativo elocuente.
El trayecto tiene su parada en Nahuel Pan, un lugar perteneciente a los aborígenes de la región, los mapuches.
Allí se puede comprar distintas artesanías, realizadas por los nativos, creadas de barro y de distintas piedras son verdaderamente fabulosas.
Luego, el tren vuelve hasta la estación del centro de la ciudad desde donde partió. Ésta es una actividad para realizar durante el día.
Hay más de un horario de partida, por lo que conviene previamente verificarlo, para no perderse de este lindo paseo. El precio es económico.
La Hoya
Se trata del centro de esquí, algo para hacer, claramente en invierno, sobre todo en temporada de nieve.
Consultar la fecha de nevada es más que recomendable, dado que para disfrutar plenamente de este centro turístico, resulta primordial.
Hay que tener en cuenta que existen variedad de precios de los pases al centro, las actividades y los medios de transporte.
Todo eso es mejor averiguarlo antes de planificar su concurrencia, ya sea en la oficina de turismo u otras agencias privadas del centro.
* Una tarde, si queda libre, se puede caminar por la ciudad: existen algunos lugares para comprar chocolates de variedad y licores artesanales.
Comer en Esquel no es caro, con lo cual una noche puede ser genial salir a cenar, claro nunca olvidar llevar abrigo, incluso en verano.
También cuenta con bares y modernas cervecerías artesanales.
** Para jóvenes viajeros, recomiendo el Hostel/Camping La Colina es muy buena la atención y tiene una excelente vista.
Luego para adultos mayores o familias, hay muy lindas hosterías en el centro y algunos hoteles.
*** Por último, para llegar a Esquel, desde Buenos Aires, se puede ir en bus de larga distancia (22 horas aproximadamente) o en avión.
La primera opción pareciera ser estresante, pero contiene paradas en el trayecto y se disfruta mucho del paisaje al entrar a la región patagónica.
En el caso de volar, la mejor elección es descender en el Aeropuerto de Bariloche, provincia de Rio Negro, limítrofe a Chubut.
De allí salen buses que van hasta la terminal de ómnibus de Bariloche y de ahí hasta Esquel, el recorrido tarda tan solo 3 horas.
Esto anterior es ideal cuando ya se viene de viajar en avión y un trayecto tan largo, por más atractivo puede ser muy cansador.
Bien eso fue todo, este itinerario es, bajo mi punto de vista, imperdible.
Conocer esta magnífica ciudad de Esquel, un lugar en la Patagonia Argentina, asegura una excelente inversión turística y una inolvidable experiencia hacia la naturaleza viva.
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