Cómo es trabajar y vivir en Praga para un latino

La primera vez que vine a República Checa era un turista más y no imaginaba que algún día tendría la oportunidad de trabajar y vivir en Praga, disfrutar su encanto y al mismo tiempo enfrentar las vicisitudes de mudarse a un país desconocido. En fin, la vida da muchas vueltas y heme aquí compartiéndote algunos consejos que podrían ayudarte a asimilar mejor la idea de vivir en Praga en caso de que tengas planes de hacerlo.

La calidad de vida en República Checa

No es casualidad que cada vez haya más extranjeros viviendo en Praga. República Checa tiene una de las tasas de desempleo más bajas de Europa, su economía siempre va a la alza y normalmente aparece entre los primeros puestos del ranking de los mejores países para formar una familia.

Suena bastante atractivo si además tomamos en cuenta la belleza y seguridad de las ciudades checas y los numerosos atractivos naturales y culturales del país. No obstante, hay pros y contras que debes tomar en cuenta antes de aventurarte a vivir en Praga. En seguida te cuento los que, en mi experiencia de cinco años viviendo aquí, me parecen los más importantes .

Aprender el idioma checo

Uno de los principales retos a los que se enfrenta un inmigrante en República Checa es la asimilación del idioma checo. No son pocos los extranjeros que se quejan de lo difícil que es aprenderlo y es cierto, no es un idioma fácil, pero querer es poder. Conozco a muchos que con un par de años viviendo en Praga y después de tomar algunos cursos, han logrado desarrollar un checo fluido.

Hay quienes utilizan el pretexto de lo difícil que es el checo para justificar la pereza que les da aprenderlo y es que, en ciudades grandes como Praga o Brno, se puede vivir sin problemas si tienes buen dominio del inglés, pues  en casi todas las empresas la comunicación es bilingüe y por lo tanto el entorno laboral suele ser multicultural.

Aunque con ello no quiero decir que hablar checo no sea útil al vivir en Praga, ¡claro que lo es! Sobre todo cuando tienes que hacer trámites en oficinas de gobierno en donde normalmente solo te hablarán en checo. Además, saber el idioma incrementará tus opciones de empleo,  facilitará tu integración al país y su cultura y, en muchos casos, te sacará de apuros en tus actividades cotidianas.

En Praga hay algunos centros de integración para extranjeros  que ofrecen cursos gratuitos de checo. También las empresas ofrecen cursos de checo como parte del paquete de beneficios para sus empleados.

Qué tan fácil o difícil es conseguir trabajo al vivir en Praga

En los últimos años, República Checa se ha convertido en el imán de muchas empresas de tecnología e informática. Por lo tanto, entre los empleos mejor pagados y con más demanda laboral están todos los que tienen que ver con programación, administración de bases de datos, ingeniería en sistemas, y en general todo lo que tenga que ver con el uso de herramientas digitales y soporte técnico. Si cumples con alguno de estos perfiles, tienes más posibilidades de conseguir un empleo rápidamente.

También hay mucha demanda de personal bilingüe para atención a clientes, ya sea en línea y por teléfono. Aquí es donde muchos extranjeros encuentran su primera oportunidad de trabajo en Praga, pues normalmente se pide como requisito el dominio del inglés y otro idioma europeo. Entre los idiomas más requeridos están el español, alemán, francés, italiano y portugués. Lo mejor es que la mayoría de las empresas ofrecen capacitación pagada antes de empezar a trabajar.

Los restaurantes y cafés también son una alternativa al buscar tu primer empleo aunque en algunos casos será necesario que cuentes al menos con un nivel básico de checo.

Por supuesto que no son las únicas vacantes, hay sitios web y grupos en Facebook enfocados en publicar ofertas de empleo para extranjeros. Un par de ejemplos son Jobs for foreigners Prague, Jobspin y Jobs CZ

Hasta aquí todo parece ir bien, sin embargo hay un gran “pero” para conseguir empleo: tu estatus migratorio y el permiso de trabajo.

La dificultad de vivir en Praga sin permiso de trabajo como ciudadano no europeo

Algunos tienen la suerte de llegar a vivir a Praga con un contrato en la mano como el caso de expertos en IT o algunos project managers. En ese caso, la compañía reclutadora se encarga de hacer todo el papeleo necesario ante las autoridades migratorias y fiscales. Sin embargo, la mayoría no hemos tenido esa suerte y es cuando empieza el calvario de buscar la manera de hacerse la vida aquí.

República Checa es uno de los países europeos que más controla y limita la inmigración.  Por lo tanto, a veces resulta complicado para ciudadanos no europeos regularizar o extender el límite de sus visados.

Si llegas a República Checa con visa de turista buscando que una compañía te contrate, es muy probable que nunca suceda. La mayoría de los empleadores buscan candidatos que ya tengan permiso de trabajo o visas de residencia vigentes. A menos que tengas una profesión altamente calificada o especializada, será difícil que una compañía acepte ayudarte en el proceso de regularización migratoria.

La situación mejora si cuentas con una visa de estudiante, de emprendedor, o si tienes la posibilidad de tramitar una visa de estancia temporal como familiar o pareja de un checo(a) o un ciudadano de la Unión Europea con residencia en el país. En situaciones así tendrás opciones para acceder al mercado laboral checo.  Dale un vistazo a los tipos de visas para los que puedes aplicar.

Eso sí, prepárate para un proceso largo, pues la burocracia checa se caracteriza por el papeleo y exceso de trámites. Debido a la dificultad que tienen muchos extranjeros para lidiar con la burocracia checa hay agencias como Czech Visa Help o Expatz Cz que se encargan de ayudarte con el proceso de aplicación de tu visa o permisos de trabajo, aunque no siempre garantizan la aprobación. Sus tarifas varían entre 5 mil a 8 mil coronas, aunque todo depende de la complejidad de cada caso.  También puedes tener asesoría legal gratuita en Integrační centrum Praha

Cuánto cuesta vivir en Praga

Comparado con otros países de la Unión Europea, vivir en Praga es un poco más asequible tomando en cuenta el promedio de los salarios y las prestaciones. Para ponerlo en contexto, el salario promedio mensual varía entre 28 mil a 40 mil coronas netos más prestaciones. Puedes encontrar departamentos en renta desde 17 mil coronas al mes, con servicios incluidos. Algunos son amueblados y la mayoría cuentan con una recámara, sala, comedor, baño y recibidor.

También puedes rentar habitaciones en departamentos compartidos aunque, a mi parecer, el precio promedio de la renta de una habitación (de 8 mil a 11 mil coronas) es elevado tomando en cuenta el precio de la renta del departamento completo más barato.

Respecto al precio de los productos en el supermercado, digamos que puedes llenar tu alacena con 4 mil coronas al mes siempre y cuando no seas un gourmet exigente.

El precio del bono anual del trasporte público en Praga es de 3,600 coronas aproximadamente. Bastante económico si se considera que el transporte público en Praga es uno de los mejores de Europa.

El almuerzo en un restaurante cuesta entre 120 y 180 coronas, tomando como referencia un menú básico de almuerzo que incluye sopa y plato fuerte.

Cómo son los checos

Algunos tachan a los checos de fríos y poco expresivos pero en mi experiencia he conocido personas muy amigables y cálidas, aunque también gente reservada y poco comunicativa. Quizá es un contraste que como latino notas mucho más, pero la verdad es que hay personalidades de todo tipo, sobre todo en Praga.

Entre los rasgos que caracterizan a los checos está la disciplina en su día a día, el respeto y la puntualidad. Todo lo tienen planeado con anticipación, así que  las improvisaciones de último minuto o el posponer las cosas para mañana no entra en la cultura checa.

Quizá al principio te cueste entablar amistad con algún checo o checa pero es normal, no suelen abrirse tan rápido a gente que apenas acaban de conocer. Así que lo mejor es tener paciencia y no desconcertarse con el distanciamiento que a veces toman de uno. No es falta de interés o rechazo, simplemente necesitan conocerte más. En estos casos es donde hablar un poco de checo sirve mucho para romper el hielo.

Si consideras que tu personalidad derrocha amabilidad, es mejor que la moderes un poco en República Checa. En voz de los propios checos, cuando alguien se muestra demasiado amable llegan a sospechar que hay un interés oculto. ¡Ojo! no dije que no seas amable, solo más mesurado con tu efusividad.

El clima de Praga

Si no te gusta mucho el clima frío, quizá Praga no sea el mejor lugar para ti. Los inviernos son largos y con pocas horas de luz. La temperatura durante el invierno promedio va de -2 a 12 grados centígrados. En Praga son escasas las nevadas pero algún día puede sorprenderte el termómetro en -10 grados.  

La ciudad puede parecer un poco deprimente de noviembre a marzo, aunque hay muchos que esperan con ansias la temporada invernal para disfrutar de los mercados navideños y la apertura de los centros de patinaje y esquí.

La temperatura comienza a subir a principios de abril y es durante junio y julio cuando se presentan las temperaturas más altas del año, cerca de 34 grados centígrados. También es la época de los festivales musicales al aire libre, los jardines de cerveza, las degustaciones gastronómicas y cuando Praga se llena de turistas.

Tan lejos y tan cerca del nido

Como mencioné al inicio de este artículo, la comunidad de extranjeros en Praga ha crecido mucho. El caso de la comunidad latina es mucho más evidente, pues continuamente se abren tiendas y negocios que tienen como clientes principales a latinoamericanos. Por ejemplo, cada vez es más frecuente toparse con tiendas especializadas en comida mexicana y sudamericana.

También la agenda cultural de Praga esta llena de eventos relacionados con Latinoamérica durante todo el año. Así que como un latino que decide vivir en Praga, la nostalgia de estar lejos de casa, no es tan dramática después de todo.

Salir de tu zona de confort es el mejor antídoto para vivir en Praga

Es normal que al estar en un país con una cultura tan diferente como la checa, busquemos hacer conexiones con lo que nos resulta más familiar o cercano.

Con esto me refiero a buscar espacios en dónde conocer a otros hispanohablantes para compartir la experiencia de vivir en Praga y de paso no sentirse tan solo. Si bien estar en contacto con personas culturalmente cercanas ayuda a sobrellevar el proceso de adaptación, en otros casos te aísla. Sobre todo cuando te limitas a relacionarte con gente de tu misma nacionalidad.

Al bloquearte de esa manera solo detienes tu integración a este país y es posible que nunca dejes de sentirte como extranjero en la ciudad en donde has decidido vivir. Cuando me di cuenta que algo así me ocurría, decidí salir de esa especie de aislamiento cultural y me busqué un trabajo que me obligara a salir de mi zona de confort.

Sin saber el idioma, más que algunas palabras sueltas y expresiones básicas, me aventuré a trabajar en un restaurante de comida tradicional checa. El reto era mayúsculo porque casi nadie hablaba inglés en aquel negocio y me vi forzado a buscar la manera de darme a entender.

Las primeras semanas fueron muy difíciles, pero a la experiencia me ayudó mucho a familiarizarme con la cultura checa, aprender el idioma, derribar temores y sentirme mucho más integrado.  Mis compañeros checos me ayudaron mucho porque valoraban el esfuerzo que hacía por aprender y comunicarme. Hasta la fecha es una experiencia que me alegro haber vivido porque me hizo sentirme praguense por primera vez.