¡Hola Viajero! Comencemos nuestra nueva aventura, esta vez, nos vamos a Belém, el barrio monumental de Lisboa, donde se encuentran los grandes iconos lisboetas Patrimonio de la Humanidad.
En el antiguo puerto portugués de la “Era de los Descubrimientos”, nos espera la gran postal de Lisboa, la Torre de Belém y el edificio más bonito de la ciudad, el “Monasterio de los Jerónimos”, así como una de las 7 joyas de la gastronomía portuguesa, el famoso “Pastel de Belém”.
También es el barrio con la mayor oferta cultural de Lisboa, con hasta 10 museos por visitar y el lugar de esparcimiento de los lisboetas. Situado en la ribera del estuario del Tajo, es un gran espacio abierto al disfrute y lo que es importante en esta ciudad, ¡completamente llano!
Si más presentaciones, comencemos nuestro nuevo viaje. Apunta bien todos los consejos que te daré para llegar al barrio y sacarle el máximo partido.
Cómo llegar a Belém
Belém, el barrio monumental de Lisboa, es la última “freguesía” o distrito del municipio de Lisboa, se encuentra a unos 7 kilómetros del centro, por lo que tendremos que desplazarnos hasta allí. Siempre nos quedaría la alternativa de llegar hasta allí andando, en un paseo de unas 2 horas, con lo que conoceríamos más barrios de la ciudad, pero mi alternativa preferida es en barco.
Tenemos otras opciones, para las cuales necesitamos la tarjeta de transportes “Viva Viagem” recargada. Para saber cómo funciona, donde comprarla y cómo recargarla, visita este link: Cómo moverte por Lisboa: Consejos y Transportes.
Tren
Podemos ir en la empresa “Comboios de Portugal”. Para ello necesitaremos la tarjeta “Viva Viagem” cargada con la modalidad “Zapping” con al menos 3€ (el mínimo de esta modalidad), con esa cantidad tendremos para la ida y la vuelta.
Es el modo más rápido para llegar, tan solo se tardan 7 minutos. La estación de partida desde el centro de Lisboa, es la de Cais do Sodre. Hay que subirse en la línea que va a Cascais. Los trenes salen cada 20 minutos y Belém es la tercera parada.
Tranvía
Podremos desplazarnos también en el tranvía 15E. Parte desde el centro de Lisboa, Praça da Figueira o Praça do Comércio. Tardará unos 30 minutos en llegar aproximadamente (podría variar ya que los tranvías, a diferencia del tren, comparten la calle con los coches y dependerá del tráfico). Puedes usar la tarjeta “Viva Viagem” recargada tanto con zapping como con billetes sencillos (el billete en la máquina del tranvía cuesta 3€ cada viaje, con la tarjeta 1,5€).
Autobús
Desde la Praça do Comércio, puedes ir a Belém con el Autobús 728. Puedes usar la tarjeta “Viva Viagem” recargada tanto con zapping como con billetes sencillos. (El billete comprado directamente al conductor, cuesta 2€, con la tarjeta 1,5€)
Barco
La mejor forma de llegar al antiguo puerto de Belém, de donde partían las carabelas portuguesas en la Era de los Descubrimientos, como no, es en barco.
No hay ninguna línea pública de barcos que haga el trayecto Centro de Lisboa – Belém, por lo que habrá que buscar opciones privadas. Hay tours combinados Paseo en barco + Visita por Belém, que aparte del transporte por el río con explicaciones, os incluye un tour por el barrio. Te dejo el link de una de estas empresas por si te animas por esta opción.
Paseo en Barco a Belém
El paseo en barco a Belém, el barrio monumental de Lisboa, suele durar unos 45-50 minutos. Los barcos parten de los muelles privados junto a la estación Cais do Sodre.
Lo primero que nos llamará la atención, es la vista de Lisboa que desde el río tenemos desde el río Tajo. Es realmente impresionante, sería la vista que los antiguos navegantes se encontrarían al llegar a la ciudad. En ella destaca la vista de la Praça do Comércio, la colina de San Jorge con el Castillo y la Sé catedral, el monasterio de San Vicente y la cúpula del Panteón Nacional.
Todos ellos en el barrio de Alfama, si quieres saber más de este barrio, de su historia y de los monumentos que te he mencionado, visita el post: Alfama: El corazón de Lisboa.
Santuario Nacional del Cristo Rey
En la orilla sur del río, nos encontraremos con uno de los monumentos más grandes del área metropolitana de Lisboa, el Santuario Nacional del Cristo Rey. Es muy parecido al de Rio de Janeiro, solo mide 2 metros menos que el brasileño, unos 28 metros de Cristo. Se asienta sobre un enorme pedestal de otros 70 metros más de altura, por lo que os podéis imaginar las vistas de Lisboa desde el mirador que hay a los pies del Cristo.
Puente 25 de Abril
Si antes nos parecía haber viajado a Rio de janeiro, ahora, al ver la enorme masa de hierro pintado de rojo del “Puente 25 de Abril”, nos parecerá que hemos viajado a San Francisco.
Este puente de casi 2 kilómetros, se encuentra ubicado en la parte más estrecha del estuario del Tajo. Es muy parecido al “Golden Gate” por estar diseñado por la misma empresa de ingeniería, esto fue por dar respuesta al gran problema sobre el que se asientan los dos puentes, los terremotos.
Aunque es un poco más pequeño que el de San Francisco, el lisboeta lo cruzan más personas, unas 380.000 al día, ya que pasan por él, tanto coches como trenes. Podéis imaginaros que pasar en barco junto a sus enormes torres es algo que dejará huella en vuestra memoria y donde tendréis una de las mejores fotos de vuestro viaje.
Belém
Pasado el puente nos adentramos ya en el barrio de Belém. Desde el agua, todo tiene otra perspectiva única, sobre todo de dos monumentos de los que os hablaré más adelante, que estaban pesados para verse desde el agua, el “Padrón de los Descubrimientos” y la “Torre de Belém”.
Junto a la torre, está el muelle donde concluiremos nuestra primera parte de esta aventura. Al salir del muelle, encontraremos una escultura de un avión, es el “Santa Cruz” el hidroavión que utilizaron los portugueses en la primera travesía de vuelo sobre el Atlántico Sur en 1922, toda una hazaña de los intrépido “Sacadura Cabral y Gago Coutilho.
Como ves, el paseo en barco a Belém es una experiencia única que no puede faltar en tu viaje a Lisboa. Si quieres saber cuales con las otras cosas básicas que hacer en la ciudad, visita este link: Que ver en Lisboa: 8 experiencias imprescindibles.
Torre de Belém
Quizás, el icono de Lisboa, su imagen más reconocible, sea la “Torre de Belém”. Declarada en 1983 Patrimonio de la Humanidad, junto con el “Monasterio de los Jerónimos”.
Ambos edificios son de estilo “manuelino”, como aquí llaman al gótico tardío de finales del siglo XV principios del XVI, cuando gobernaba en Portugal el rey Manuel I. Se caracteriza por que hay tres cosas en la decoración que se repiten y que tendréis que buscar en todos los edificios que sean de este estilo a modo de juego:
Cuerdas
Envuelven a los edificios y van haciendo nudos en torno a ellos. Hacen referencia a las cuerdas de los barcos de la “Era de los Descubrimientos”.
Cruz de la Orden de Cristo
Orden heredera de los Templarios. Su cruz roja es uno de los símbolos portugueses por excelencia, es la cruz que llevaban las velas de las carabelas cuando se hicieron a la mar a descubrir nuevos mundos.
Esfera Armilar
Un instrumento de navegación que los portugueses han adoptado como símbolo del país, está incluso representado en la bandera portuguesa, esos círculos amarillos que envuelven el escudo.
La torre es especial, ya que hay una cuarta cosa que tendrás que buscar en la decoración, la cabeza de un rinoceronte. Existió de verdad, se llamaba Ganda y era de la India. Fue el primer rinoceronte en traerse a Europa y causó tanta sensación, que uno de los canteros lo dejó esculpido en piedra cuando construían la torre. Dicen que si lo encuentras por ti mismo te da suerte, así que, no pierdas la ocasión.
Padrón de los Descubrimientos
Este enrome monumento, al que se puedes subir como mirador, es una gran escultura dedicada a los descubridores portugueses de los siglo XV y XVI que se encuentran en sus laterales. Tiene una forma abstracta de carabela, el largo del lateral, es el que tenían las carabelas de aquella época, así puedes hacerte una idea de lo pequeñas que eran.
La parte trasera es una cruz en forma de espada, el emblema de los Aviz, la dinastía que reinaba en aquel momento. Por último, en el frente que da al río, aquel del cual solo vosotros tendréis la foto si habéis venido en barco, tenemos al principal personaje, el infante Enrique el Navegante, el impulsor del imperio portugués.
Subir hasta la cima tiene un precio de 5€. Desde allí se tiene una vista magnifica de todo Belém y sobre todo de nuestro siguiente monumento, la “Rosa de los Vientos”.
Rosa de los Vientos
Es otra de las sorpresas que nos esperan en Belém, el barrio monumental de Lisboa. Se trata de un enorme mapa del mundo que fue regalado en 1960 por Sudáfrica a Portugal, ya que los portugueses fueron los primeros en bordear el Cabo de Buena Esperanza, la punta sur del continente africano, allá por el 1488.
En el plano, están marcados todos los descubrimientos de los portugueses, con los lugares y las fechas en las que llegaron. Es muy típico que la gente se haga una foto sentada sobre el plano junto a su país, así que, otra cosa pendiente en tu paseo por Belém.
Plaza del Imperio
Es uno de los restos que quedan de la gran “Exposición del Mundo Portugués de 1940”, para la cual, se modificó el barrio y de la que nos quedan las grandes plazas y jardines en terrenos ganados al río.
Esta exposición se organizó para conmemorar los 800 años del nacimiento de Portugal en 1140 y los 300 años de la independencia de España en 1640.
En el centro se encuentra la enorme fuente monumental con los emblemas de las provincias del imperio portugués en las fecha de su construcción. Frente a esta plaza, se encuentra otro de los emblemas modernos del barrio, el “Centro Cultural de Belém”.
Monasterio de los Jerónimos
Como os comenté al principio y cuando hablé de la torre, el otro gran monumento Patrimonio de la Humanidad de Lisboa es el grandioso “Monasterio de los Jerónimos”. Es el edificio más bonito de la ciudad, tardó en construirse nada menos que 99 años (1502 – 1601).
Es de estilo “manuelino”, por lo que ya sabéis que tenéis que buscar en la decoración. Se compone de dos partes principales:
Iglesia
Es una auténtica joya que nos va hablando de su evolución en los tres estilos que la componen:
A la entrada, bajo el coro, tenemos el “estilo Manuelino” con sus cuerdas y esferas armilares en las bóvedas. En esa parte se encuentra dos sepulcros impactantes, el de Vasco da Gama, el navegante portugués más destacado que llegó a la India en 1498 y en el otro lado tenemos al mayor poeta de las letras portuguesas, Luis Camões.
Las columnas de la nave central son de “estilo Plateresco”, un estilo puente entre el Gótico y el Renacimiento, típico de la península y llamado así por recordar a la forma de trabajar de los plateros con tanto detalle ornamental en relieve.
Por último, tenemos el altar, es de “estilo Renacentista”, ya que fue lo último en terminarse y para esa fecha ya había llegado el estilo italiano en todo su esplendor a la península. En esta parte se encuentra el Panteón Real de los Aviz, donde están enterrados los reyes Manuel I, Juan III, Sebastián I y Enrique I.
Claustro
Cuando entres en el claustro, te aseguro que quedarás impresionado, es una auténtica joya tallada en piedra. De estilo manuelino, se compone de don niveles por los cuales puedes ir rodeando el patio central.
En tono al patio, se disponen varias estancias dispuestas que pueden visitarse, como la “Sala Capitular” con el túmulo del escritor Alexandre Herculano, el “Refectorio” donde comían los antiguo monjes jerónimos, o el lugar donde descansa el mayor poeta portugués del siglo XX, Fernando Pessoa.
En una de las salas hay una exposición donde en unos paneles dispuestos de forma circular puedes conocer toda la historia de Portugal y de la construcción del monasterio.
La visita de la iglesia es gratuita, para visitar el claustro hay que pagar una entrada de unos 10€. Si eres de los previsores que no quiere hacer cola, puedes comprar la entradas por adelantado, aquí de dejo el link para ello.
Palacio de Belém
Como último de los monumentos de Belém, el barrio monumental de Lisboa, tenemos el “Palacio de Belém”. Se encuentra frente a uno de los jardines más bonitos y tranquilos del barrio, el de Alfonso de Albuquerque. En medio del jardín está la enorme columna con la estatua del conquistador portugués y en frente de esta, el Palacio.
De los siglos XVIII al XX, fue una de las residencias de descanso de la familia real portuguesa, hasta su caía en 1910. Actualmente, es la residencia oficial del Presidente de la República. Puedes saber si el presidente se encuentra en el palacio, solo hay que fijarse en la parte central de la fachada y ver si ondea en el mástil un estandarte verde con el escudo de Portugal.
Hoy en día, se puede visitar parte del palacio, donde se ubican dos museos:
Museo de la Presidencia
Dedicado a la historia de los presidentes y de la institución de la República.
Museo de los Coches
Museo en las antiguas caballerizas del palacio, donde puedes ver la evolución de los carruajes hasta los coches de nuestros días. Considerado uno de los mejores del mundo de esta temática.
Museos
Como te comenté, Belém, el barrio monumental de Lisboa, es el barrio de los museos. Te dejo aquí unos links por si quieres mas información sobre ellos o ir comprando las entradas:
MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnoclogía)
Antigua Central Eléctrica de Belém
Centro Cultural de Belém – Colección Berardo
Pastel de Belém
He guardado para el final el momento más dulce de nuestro viaje por Belém, el barrio monumental de Lisboa, el “Pastel de Belém”. Son una de 7 joyas de la cocina portuguesa. EN el resto de la ciudad los veréis como “Pasteis de Nata”, solo los de la “Pastelaria de Belém” pueden llamarse “Pasteis de Belém”, ya que son los que tienen la receta original y el nombre registrados.
Se trata de una deliciosa tartaleta de hojaldre con crema a base de yema de huevo, leche y azúcar. Hay que procurar comerlo recién hecho, es lo que marca completamente la diferencia. Aquí en Belém, venden tantos, que siempre están recién salidos del horno, calentitos y crujientes.
Se cree que fueron creados antes del siglo XVIII por los monjes del Monasterio de los Jerónimos. Como consecuencia de la revolución liberal portuguesa en 1834 se cerró el Monasterio. El panadero del convento, de pronto en el paro, decidió venderle la receta al empresario portugués, Domingos Rafael Alves.
En tres años hizo tanto dinero, que en 1837 abrió la pastelería “Casa Pastéis de Belém” que a día de hoy, sigue siendo propiedad de los descendientes de Alves.
Bueno viajero, hasta aquí nuestro paseo por Belém con este final tan dulce, sigue atento al próximo artículo donde te desvelaré las otras seis joyas de la gastronomía portuguesa y haremos un viaje, esta vez por los sabores de Portugal.
¡Nos vemos pronto!
2 comments
[…] Si quieres embarcarte en esta aventura al barrio de Belém, aquí te dejo un artículo con todo detalle. Belém: EL barrio monumental de Lisboa. […]
[…] Como alternativa al tranvía para ir a Belém, te recomiendo que vayas en barco navegando las aguas del estuario del Tajo, una experiencia única que vivir en la ciudad. Si quieres más datos visita este link: Belém: El barrio monumental de Lisboa. […]