Seguramente conoces platos de la gastronomía mexicana pero también es probable que sean los más tradicionales.
En este post, vas a saborear con los ojos algunas delicias que pocos extranjeros conocen de la cocina mexicana, lo que a ti quizá también, te falta por probar.
Dicen que nunca terminas de conocer la gran variedad de platillos de México.
Reconocida como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad por la UNESCO, la comida mexicana está formada por cientos de platos, unos muy tradicionales y conocidos y otros de nombres medio extraños, o muy extraños, y sabores muy intensos.
Precisamente estos últimos son los más desconocidos, los que, a no ser que visites el país, muy probablemente nunca los pruebes.
Aguachile, el plato más fresco
Este es uno de esos platos.
El nombre es confuso ¿verdad?
Originario del noroeste de México, el aguachile más básico se compone de agua, chile chiltepin, un tipo de chile, camarón crudo, sal y pimienta.
También se puede elaborar con almejas o añadir lima (en México se le conoce como limón, al contrario que en Europa), cebolla, pepino e incluso bebidas como mezcal o tequila y acompañarlo con galletas saladas o tostadas, una especie de tortilla de maíz dura.
Sin duda un platillo muy refrescante para el intenso calor de la zona de la que es originario. En cualquier puestito de la calle, algo muy típico en el país, encontrarás el aguachile sin problema.
Chiles en nogada, la bandera mexicana
El siguiente plato no solo cambia de temperatura sino que además es especialmente patriota en su presentación.
El chile es un ingrediente que no puede faltar en la cocina mexicana. Definitivamente es indispensable en cualquier hogar que se haga respetar. Algo así como el pan en los hogares españoles o el arroz en China.
Uno de esos platos está formado con el chile como protagonista.
El platillo es conocido como chiles en nogada.
Como con la mayoría de la gastronomía mexicana, prepárate para aguantar un cierto grado de picor. ¡Te lo digo por experiencia! Es algo así como un requisito si quieres que tu paladar disfrute de este tipo de comida.
Originario de Puebla, en el centro del país, se trata de un chile poblano, relleno de carne picada y frutas, bañado en una salsa hecha de: nueces de Castilla, queso de cabra, leche, granada, vino blanco, almendras, perejil picado, sal y azúcar.
¿Ya has adivinado por qué es un plato patriótico?
Fíjate en los colores que lo forman…¡Exacto! Aparecen los tres colores de la bandera mexicana: blanco, rojo y verde. No creas que es casualidad, ¡está hecho totalmente a propósito!
El pozole, para verano e invierno.
Nos vamos hacia el sur con este plato ideal tanto para época de frío como de calor.
En general en México es muy tradicional comer platos calientes en época de calor. Tras casi 4 años viviendo en el país azteca, poco a poco me fui acostumbrando a comer una sopa a más de 30° C.
El pozole se puede preparar de varias formas, pero entre los ingredientes más destacados están los granos de maíz de un tipo llamado cacahuazintle, palabra de origen nahuatl y de las que yo denomino «impronunciables», además de carne de pollo o cerdo, agua con cal, sí, has leído bien, verduras como cebolla, lechuga, rábano, y crema, orégano, zumo de lima, aguacate y queso fresco.
La tlayuda, un plato de gran tamaño.
Continuando en el sur, encontramos un nombre cuya pronunciación podría formar parte de un trabalenguas.
La tlayuda más tradicional se hace con tortilla de maíz, la típica mexicana que se usa para todo, ni muy dura ni muy blanda, de unos 30 cm de diámetro o incluso más, untada con manteca de cerdo, un queso denominado quesillo, típico del estado de Oaxaca, lechuga, cecina de vaca, y salsa picante preparada en un instrumento de cocina denominado molcajete, como el mortero que se usa en España.
Como en la variedad está el gusto, se le pueden añadir más ingredientes como la cebolla o el aguacate para darle más sabor.
Mole, la ofrenda de los dioses
Conocido popularmente por ser una ofrenda a Moctezuma, el rey azteca, el mole, es una salsa realmente deliciosa que no puedes dejar de probar.
Del estado de Oaxaca, el mole está compuesto por: varios tipos de chile, como el chipotle o el pasilla, tomate, almendras, plátano, nueces, pasas, sésamo, clavo, canela, perejil, pimienta, cebolla, ajo y chocolate amargo.
Toda esta mezcla da como resultado el color que ves en la imagen.
Actualmente todos estos ingredientes se mezclan hasta que se deshacen y queda la pasta de mole, pero antiguamente se molían con un metate, una especie de piedra, como un rodillo, que se arrastra sobre las diversas especias hasta pulverizarlas.
Quizá te estés preguntando lo mismo que yo:
¿Y cómo demonios tenían la paciencia para usar esta técnica?
El color de la salsa final puede variar, ya que también existe el mole blanco o amarillo. Si te gustan las carnes blancas, no dudes en probarlo, es su aderezo perfecto. Se puede añadir, además, sobre tortillas de maíz envueltas rellenas de carne. A esto se le conoce como «enmoladas»
Escamoles, el caviar mexicano
La última parada en el sur es este extraño plato.
Por su ingrediente estrella en la cocina mexicana, muy probablemente forma parte de lo que te falta por probar.
Los escamoles son huevas de hormiga fritas en mantequilla y epazote, una hierba aromatizante, que se puede presentar sobre una hoja de mixiote, palabra también de origen nahuatl, que se extrae de la planta agave, la cual se usa para confeccionar el tequila.
Por su elevado precio en el mercado, lo conocen como el caviar mexicano.
Por si quieres saber más de este curioso platillo, te dejo más info aquí
¿Te animas a probarlo?
Cochinita pibil, hecho en la tierra.
La última parada es en la costa mexicana. En el estado de Yucatán te espera la cochinita pibil.
Se trata de carne de cerdo o pollo adobada con achiote, un pigmento natural rojo, envuelta en hoja de plátano y cocida en horno de tierra a través de una técnica llamada pib, una palabra maya que se usa para describir la forma de cocción en la tierra. De ahí la coletilla «pibil». Debo confesar que fue un misterio para mí también hasta un tiempo.
También se le añade cebolla morada y chile habanero, el más picante de todos.
Por su nivel de picor, es un plato de la cocina mexicana que seguramente también te falta por probar.
Me trae recuerdos muy divertidos. Probé este plato en Ciudad de México y el camarero al ver mi cara de extremo picor ni siquiera me preguntó, directamente me trajo un vaso de agua.
Yo literalmente lloraba.
De todas estas maravillas, ¿cuál te apetece probar primero? A mí todavía me faltan un par. Pero con un marido mexicano, amante de la cocina y de su país, la verdad es que no voy a esperar para saborear las demás.
Muchos extranjeros han comido los tradicionales tacos, pero casi nadie ha saboreado un buen chile en nogada, por ejemplo. Lo cierto es que la cocina mexicana se compone de ingredientes tradicionales, además de historia y lenguas antiguas mezclados con creatividad, sabores intensos y mucho color, como has podido ver.
Ya los conoces, así que en tu próxima visita o si ya vives en México, solo te queda dar el siguiente paso en la cocina mexicana, probar lo que te falta.
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