¡Hola viajeros!
Esta semana quiero que conozcamos juntos, las Aldeias de Xisto.
Digo juntos, porque aún no he tenido oportunidad de conocerlas, pero es un viaje que tengo pendiente de hace ya algún tiempo.
Estas curiosas aldeas, es un conjunto de 27 aldeas escondidas entre sierras de frondosa vegetación.
Aldeas que están en un total de 16 municipios en el centro de Portugal.
Concretamente se encuentran entre Serra da Estrela, Castelo Branco y Coimbra.
Es un mundo mágico donde viven acogedoras poblaciones y donde tenemos la sensación que el paso del tiempo es más lento.
A sus gentes les encanta recibir visitantes y compartir historias, artes y tradiciones.
La cocina de la zona ha ido pasando de generación en generación, llegando hasta nuestros días.
Pero no sólo nos vamos a encontrar casas y aldeanos, también vamos a poder ver majestuosos castillos que parecen salidos de cuentos de hadas.
Lo realmente bonito de esta zona es su naturaleza, sus montañas que ofrecen las piedras con las que se construye la identidad del territorio.
Originariamente eran aldeas que estaban en ruinas.
En los últimos años, esta región ha ganado una nueva vida gracias a la iniciativa de ADXTUR (Agencia para el Desarrollo Turístico de las Aldeas de Xisto).
Esta iniciativa ha permitido la recuperación de estas 27 aldeas típicas, en colaboración con 21 municipios de la región centro, involucrándose también los habitantes para remodelar sus aldeas, dándoles una segunda oportunidad.
Descubrir las Aldeias de Xisto es dar y recibir un caluroso saludo por parte de sus habitantes, y si das un poco más, recibirás a cambio una historia de vida.
¿De dónde proviene el nombre de xisto?
Pues viene del nombre de la piedra que forman las casas.
En español se le conoce como esquisto o pizarra.
Además es la piedra más abundante de la región, extendiéndose por las sierras de Lousã y Açor.
Esta roca también ha sido utilizada en el pavimento de las estrechas calles que conforman las aldeas, y las diferentes tonalidades de esta piedra, se mezclan perfectamente con los colores del paisaje natural.
Las aldeas
Doce de estas aldeas se encuentran en plena Sierra de Lousã, cinco en la sierra de Açor, seis acompañan al Río Zêzere y cuatro se encuentran junto al Tajo-Ocreza.
Son espacios de turismo rural que nos ofrece una amplia gama de deportes de aventura, una cuidada restauración basada en tradiciones gastronómicas transmitidas de generación en generación.
También la recuperación de su artesanía popular son apuestas para llamar a los turistas nacionales e internacionales a esta región del país.
Aldeas en la Sierra de Lousã
Aigra Nova
Es una aldea que se divide en tres calles, cuyos edificios son bajos, y donde podréis observar toda la Sierra de Lousã y la fauna que allí habita.
Debido al clima de esta zona, es un lugar ideal para el ganado y la agricultura.
Aigra Velha
Una aldea que se encuentra en lo alto de la montaña, con 770 metros de altitud, por lo que ya podéis imaginaros las vistas, ¿no?
En este término municipal vamos a encontrar campos de pastoreo, la Penedos de Góis y el Parque Forestal de la Oitava o la Ribeira da Pena.
Los Penedos de Góis son escarpados de unos 1040 metros de altitud que conforman desniveles únicos, con cascadas y riachuelos impetuosos.
Candal
Esta es una de las aldeas más visitadas de todo el conjunto.
Probablemente sea porque tiene un acceso privilegiado desde la carretera nacional que une Lousã y Castanheira de Pera.
Aldea enclavada en la cuenca del Colegio de San Juan, ofreciéndonos una vista privilegiada de la Ribeira Candal.
Casa de São Simão
Hay una curiosidad característica de esta aldea construida en cuarcita, roca arenisca formada mayoritariamente por cuarzo.
Y es que esta aldea posee una sola calle.
Sí, como lo estáis leyendo, una única calle que forma toda la aldea.
A pesar de ser una aldea tan pequeña, tiene un templo del siglo XV, la Ermita de São Simão, dedicada también a San Judas Tadeo, una fuente, un restaurante y una asociación.
Asociación que ha ayudado a mantener a sus habitantes unidos y a desarrollar la aldea.
Cerdeira
Esta aldea es un contraste desalineado entre edificios junto a un entorno natural, donde destaca el tono predominante de la pizarra.
Situado sobre una colina rocosa, dedicando las planicies a la agricultura.
Construyeron una escalera adosada que rodea la aldea para evitar que los días de lluvia y la erosión hagan que la tierra se venga abajo.
Este es un local mágico, con un pequeño puente que nos recibe nada más entrar en la aldea y que parece que nos transporta a un mundo de fantasía.
Chiqueiro
Es una pequeña aldea delimitada por dos pequeñas líneas de agua, que está bien disimuladas por su frondosa vegetación.
Toda la población de esta aldea se reduce a una pareja y su rebaño.
El material de construcción predominante es una pizarra oscura, de aspecto algo tosco, excepto la Capilla da Senhora da Guia.
Casal Novo
Ahora nos encontramos en el pliegue de una colina, junto a una pendiente pronunciada.
Un frondoso entorno arbóreo rodea a este pueblo, pudiendo observar desde su parte más alta la villa de Lousã y su castillo.
Vamos a encontrarnos con el Santuario de Nuestra Señora de la Piedad.
A los pies de este santuario, encontramos también unas playas fluviales donde poder disfrutar de un baño los días más calurosos del verano.
Pero quiero dedicar otro artículo a hablaros exclusivamente sobre las playas fluviales de Portugal.
Comareira
¿No os ha pasado que a veces estamos buscando un lugar para poder desconectar del mundo por unos días?
Pues este es uno de esos lugares en los que muchas veces nos apetece estar con gente que no conocemos, y que nos basta saber que “están ahí por si necesitamos algo”, así son las gentes de esta pequeña aldea.
Es la aldea más pequeña de todas, aunque muy soleada durante todo el día.
Cerca de esta aldea podemos encontrar un parque forestal, un ecomuseo que nos cuenta las tradiciones del esquisto y más playas fluviales.
Ferraria de São João
La riqueza paisajística y cultura de esta aldea es más que evidente.
Los habitantes del pueblo, tanto los de siempre como los que han ido llegando, interactúan para trabajar por y para esta aldea.
Ferraria, como comúnmente se le conoce, es una aldea que se ha abierto al mundo, sin dejar de ser lo que es, un espacio rural.
Y es que esta aldea tiene un magnifico bosque de alcornoques, un camino de esquisto para recorrer a pie, un FunTrail para los más pequeños de la casa y muchos caminos pedestres para descubrir.
Gondramaz
Esta aldea se estructura a partir de una calle principal desde la que parte un entramado de callejones estrechos que llaman la atención de los visitantes.
Gondramaz nos va a sorprender por la tonalidad que encontramos en el esquisto de sus casas, muy característico.
Está situada en la vertiente occidental de la Sierra de Lousã, y se puede decir que el paisaje natural que rodea la aldea es una obra de arte de la naturaleza.
Además, es una zona donde se llevan a cabo pruebas de BTT, lo que atrae a quienes practican este deporte y a tursitas.
Pena
Pena es el resultado perfecto de la construcción uniendo el esquisto con la cuarcita.
Las condiciones topográficas del lugar han hecho que la aldea se desenvuelva a lo largo de un promontorio, con casas que parecen desafiar las leyes de la gravedad.
Muy cerca de aquí, encontramos los Penedos de Góis.
Talasnal
Desde hace mucho tiempo ha sido esta aldea la que ha dado más visibilidad y carisma a todo el conjunto de las aldeas de esquisto en la Sierra de Lousã.
No sólo ha sido así por su tamaño y localización, sino también los pormenores de recuperación de sus casas.
Descubrir esta aldea es como entrar de lleno en el mundo mágico de la Sierra de Lousã, donde podremos observar ciervos, corzos, jabalís y muchas otras especies.
Sierra de Azor
En la Sierra de Azor nos vamos a encontrar con un total de cinco aldeas de pizarra.
Aldeia das Dez
Aldea risueña y encantadora que se asoma al río Alvôco, y con vistas privilegiadas a las montañas que rodean el pueblo.
Intentar respirar el aire puro de la Serra da Estrela, recorrer sus calles, observar sus casas y conocer su historia.
Esta aldea fue construida principalmente en granito y posee una Iglesia Matriz decorada con un suntuoso color dorado.
Pero no todo es visitar, tampoco podéis dejar de probar sus ricos postres típicos como los coscoréis y las cavacas.
Y por supuesto beber licor de madroño, muy abundante en esta zona.
Fajão
Antiguo pueblo enclavado en un pintoresco cascarón de la sierra, sobre el Río Ceira, cerca de su nacimiento.
La aldea se encuentra entre altas rocas de cuarcita que nos hacen recordar a antiguos castillos naturales.3
Estas rocas son aptas para la escalada y el alpinismo, por eso si te gusta este deporte no puede dejar pasar esta oportunidad.
Vila Cova de Alva
Otra aldea rodeada de naturaleza y montañas que invitan al visitante a pasear entre la vegetación.
Es la Aldea de Xisto que posee el mayor conjunto monumental de todo el grupo de aldeas, siendo una aldea noble que se destaca por el tamaño de sus edificios y espacios públicos.
El pueblo posee dos edificios del siglo XVII, así como numerosos monumentos religiosos y civiles como el Solar de los Condes de Guarda.
Para quién busca relax, también tiene cerca una preciosa playa fluvial donde poder refrescarse en los días más calurosos.
Benfeita
Es una de las aldeas blancas de toda la red.
Está al lado de Fraga da Pena y la Mata da Margaraça, que son dos importantes bosques de hoja caduca de todo el país.
Casi obligatorio es subir a la Fonte das Moscas para poder apreciar el conjunto de casas blancas, con sus calles y pasadizos característicos, entre las que destacamos la Torre da Paz.
Y se llama torre de la paz porque todos los años, el campanario de esta torre celebra el final de la II Guerra Mundial con 1620 campanadas, cada 7 de mayo.
Sobral de São Miguel
El eslogan de esta aldea es “O coração de Xisto”, o lo que es lo mismo, el corazón de esquisto.
Y eso está a la vista, ya que se trata de uno de los mayores aglomerados de edificios de pizarra de Portugal.
A pesar de que la mayoría de estas construcciones están pintadas de blanco.
Pero la aldea también nos ofrece un amplio repertorio gastronómico que merece la pena probar, como ginja, pica de chorizo, sardina o bacalao, y muchas cosas más.
Zêzere
Álvaro
Este pueblo se extiende serpenteante por una ladera dominada por el Río Zêzere, enclavado en el embalse de Cabril.
También es una de las famosas aldeas blancas de la Red Aldeias de Xisto.
Rica en patrimonio religioso, antiguamente fue un enclave importante para las órdenes religiosas, concretamente la Orden de Malta.
Para llegar a conocer bien la aldea, tenéis que realizar el Circuito de las Capillas donde vais a encontrar importantes vestigios de arte sacro.
A los pies de la aldea nos encontramos un refrescante embalse donde poder tomar un buen baño después de un día de senderismo.
Janeiro de Baixo
Rodeada por un conjunto armonioso de montañas, acantilados, valles, embalses y ríos que os harán perder los sentidos.
Ya en el interior de la aldea existe todo un conjunto de puntos de interés, desde patrimonio religioso hasta arquitectónico.
También se le conoce como la aldea de los cinco parques, ya que tiene un parque infantil, un parque deportivo, un parque fluvial, un camping y un parque de ocio.
Mosteiro
Esta aldea se sitúa en lo más profundo de un valle.
Es por ello que desde siempre todo en esta aldea siempre giró en torno al agua, hace años para subsistir y hoy en día para el ocio.
De hecho, es uno de los pocos pueblos que puede presumir de tener una playa dentro de la propia aldea.
Esta proximidad al agua, hacen que sea tierra de agricultura y ganadería, siendo obligatoria la visita a los molinos, las prensas de aceite y las balsas de regadío, que antiguamente sirvieron para la subsistencia del pueblo y sus gentes.
Barroca
En Barroca hoy en día se sigue respirando un ambiente rural, rodeado por pinos y por las pirámides de las escombreras de la Lavaria do Cabeço do PIão, que pertenecieron a las Minas de Panasqueira.
Vamos a descubrir antiguos molinos que funcionaban gracias a la fuerza del río y en la otra orilla podemos ver los grabados rupestres que dejaron allí nuestros antepasados.
Janeiro de Cima
Encontramos esta pequeña aldea en la margen izquierda del Río Zêzere, en una zona casi plana rodeada por terrenos agrícolas.
Vamos a poder descubrir la Casa das Tecedeiras, un espacio donde se reinventa la tradición del lino.
Este sitio cuenta con un centro de interpretación donde el visitante podrá conocer el ciclo del lino e incluso probar a tejer en un telar antiguo.
Pedrógão Pequeño
Antigua villa a pocos kilómetros de Pedrógão Grande y del embalse del Cabril.
En su patrimonio podemos destacar la Iglesia Matriz y el Puente Filipino sobre el Río Zêzere.
Este pueblo nos ofrece una delicia gastronómica que debéis probar antes de iros, la sopa de pescado.
Tejo-Ocreza
Água Formosa
A tan sólo diez kilómetros del Centro Geodésico de Portugal, nos encontramos con esta pequeña aldea, escondida entre la Ribeira da Corga y la Ribeira da Galega.
A la llegada, lo único que nos va a recibir es la paz y el sonido del agua al recorrer las piedras de los lechos de los arroyos.
Es un pueblo en el que todavía perduran las tradiciones antiguas, al encontrarnos con varios hornos de leña repartidos por toda la aldea.
Martím Branco
Otra aldea donde los hornos son uno de los elementos más interesantes que hay, contando además con un horno comunitario donde aún se puede oler a pan recién hecho.
El pueblo es tan pequeño como nos parece, y nos da la sensación de que se ha detenido en el tiempo, entre acantilados de pizarra y cuarzo.
Figueira
Este pueblo es literalmente un pueblo, donde nos dan los bueno días las gallinas y las cabras.
Es una aldea plana y por tanto fácil de recorrer, rodeada de terrenos agrícolas y como no podía ser de otro modo, con un horno comunitario donde se cuece el pan cada mañana.
Aquí se cultiva el tan codiciado “oro verde” gracias a sus terrenos agrícolas poblados de oliveras.
Sarzedas
Antigua ciudad y sede del municipio, cuenta con una picota, la plaza central, iglesias y capillas, que destacan en un tejido urbano con casas que fueron y son testigo de la historia que aquí se vivió.
En esta aldea encontramos una fuente del año 1758 y tan próspera en aquellos años que el vicario de Sarzedas dijo:
“Hay junto a la villa, en un valle al norte, una fuente de agua buena, clara, gustosa y saludable, tan abundante que daba agua suficiente para todo el pueblo, sus animales y las dos ferias por año que aquí se celebraban.”
También se le conoce en el pueblo como Fuente de los Enamorados.
Y pues estas serían las famosas Aldeias de Xisto, os recomiendo que no os las perdáis pues desde luego en un ejemplo de turismo rural donde la historia y la naturaleza viven en perfecta armonía.
¡Hasta la próxima!