¡Hola viajeros expertos!
Si hay un barrio que me parece mágico, tanto de día como de noche, ese es éste.
El Barrio de San Miguel.
Acompañarme en este recorrido y veréis por qué.
¿Dónde está ubicado?
Este barrio también se encuentra, como no puede ser de otro modo, en el casco antiguo.
Para poder acceder a él, podemos ir bien desde la parte alta de la ciudad, o desde la parte baja, al igual que ocurría para llegar al Barrio de San Martín.
Como podéis ver, la parte alta de la ciudad no es tan pequeña como parece.
Lo que sucede es que hay numerosos callejones y callejuelas que se esconden tras arcos de acceso a ellos.
Desde la parte alta
Probablemente sea uno de los caminos para llegar que más me gustan por el encanto que tiene.
Ese camino comienza en la calle Severo Catalina, en plena Plaza Mayor.
Ya de por sí la calle tiene una magia especial, sobre todo de noche.
A mitad de esta calle, más o menos, encontramos un arco con unas escaleras que descienden.
Si descendemos por la Bajada de las Armas, así se llama, nos vamos a encontrar de lleno con la Iglesia de San Miguel, pero ya llegaremos a ese punto.
Ya nada más atravesar el arco, podemos darnos cuenta de lo que nos vamos a encontrar al otro lado.
Otro de los accesos que tenemos al Barrio de San Miguel es por la Anteplaza.
Al lado de la oficina de turismo, hay otro arco con otras escaleras hacia abajo, por ahí también podemos acceder a este curioso barrio.
El nombre de esta puerta es Puerta de San Miguel, gracias al barrio al que da acceso.
Desde la parte baja
Si os encontráis paseando por la parte baja de la ciudad también podéis llegar al Barrio de San Miguel.
Además que hay un paseo precioso de madera que vais a tener que caminar para poder llegar.
El entorno por el que vais a pasar es precioso.
Se llama Recreo Peral.
Sin duda, bien vale la pena pararse un momento, pasear este rincón lleno de naturaleza de forma tranquila y sin prisas.
Observando sus chopos, verdes en primavera y amarillos en otoño; el color verdoso del agua del Río Júcar, etc.
Antes de iniciar la ascensión, si miráis a la derecha vais a poder ver la Puerta de San Juan.
Esta fue una de las nueve puertas que daban acceso a la ciudad.
Y según se cuenta, fue por aquí que Alfonso VIII conquistó Cuenca.
Si decidís ir por este camino, vais a acabar en la Calle Severo Catalina y luego tendréis que descender por el arco que os he mencionado antes.
En vuestra ascensión vais a pasar por el Santuario de la Virgen de las Angustias, que si recordáis ya os hablé en este otro artículo.
Aquí podéis ver la localización exacta.
El Barrio
Hay quién considere este barrio como un pequeño paraíso en la tierra, sobre todo al atardecer.
Al pasar el arco ojival que encontramos en la Anteplaza ya podemos contemplar unas impresionantes vistas de la parte baja de la ciudad, con el antiguo Hospital de Santiago como protagonista.
Si os acercáis al mirador que hay, podéis ver como el Río Júcar transcurre por abajo.
¡Dato curioso!
Las barandillas del mirador eran las balaustradas de la fachada antigua de la catedral.
El barrio en sí es un pequeño mundo formado por estrechas y empinadas escalinatas, pequeñas plazuelas, muros con muchos años de edad y unas vistas de quitar el hipo.
¿Os acordáis cuando en el artículo anterior os hablaba de los rascacielos de Cuenca?
Pues bien, estas curiosas edificaciones no sólo se encuentran en el Barrio de San Martín.
También podemos encontrarlos en este barrio y en el Barrio de San Juan.
Como veis eran unas construcciones típicas de la época que están repartidas por la parte alta de la ciudad.
Miradores
Como he mencionado antes, este barrio está lleno de pequeños miradores.
Mi recomendación es no correr y pasear por el barrio tranquilamente, sin prisa y pararse a observar las vistas desde cada uno de estos miradores.
Estos miradores se encuentran por la parte de atrás de la Iglesia de San Miguel.
Desde allí podréis observar la sorprendente Hoz del Júcar, con los famosos Ojos de la Mora.
En alguno de estos miradores los bares de la zona ponen unas terrazas para disfrutar de un buen vino o una refrescante cerveza mientras te deleitas con el paisaje.
Iglesias
En este barrio nos vamos a encontrar con una iglesia principal que es la que da nombre al barrio.
¿O es el barrio quién le da nombre a la iglesia?
Poco importa ese pequeño matiz, ya que estamos ante una iglesia en un enclave singular.
Esta iglesia es de origen románico, y se comenzó a construir alrededor del siglo XIII.
De aquel entonces sólo se conserva el ábside de forma semicircular.
El resto de lo que se conserva hoy en día proviene de las remodelaciones que sufrió durante los siglos XV al XVIII.
Es un edificio compuesto por una nave de mampostería, ábside semicircular y una torre a sus pies.
En el siglo XV se debió de añadir otra nave en el lado norte con un artesonado mudéjar.
También estuvo incorporada a la muralla defensiva que rodeaba la ciudad.
La portada está formada por un arco de medio punto y es de origen renacentista y todavía hoy se conservan los restos de los baños públicos de origen árabe.
En el año 1959 fue cedida al Ayuntamiento.
Es una iglesia que está desacralizada, y ahora acoge diversos conciertos y actos culturales.
Además es la sede anual del pregón de Semana Santa, el Viernes de Dolores.
Me gustaría daros un consejo.
Cuando no ha llegado la temporada de verano, y con ella las terrazas, los conquenses solemos ir a pasar aquí la tarde igualmente.
Por ello os recomiendo que compréis en una de las tiendas de la Plaza Mayor, una cerveza fresquita o un refresco, y una bolsa de pipas.
Luego os dirigís a este barrio y escogéis un sitio ideal para poder ver la puesta de sol.
¡Eso sí! Luego no os olvidéis de recoger todo y dejarlo bien limpio.
Me gustaría también comentaros que este barrio es famoso por tener una gran variedad de locales de ocio nocturno.
Pero aprovecharé otra entrada del blog para hablaros más extensamente sobre ello.
Aprovecho para dejaros un pequeño video sobre el barrio.
¡Hasta la semana que viene viajeros!