Tengo muy claras las primeras sensaciones que puedes tener al visitar Roma, porque llevo viviendo aquí desde hace un mes.
¡Un mes! (El tiempo es totalmente relativo). He tenido que comprobarlo varias veces para creerlo.
Hace cuatro meses dejé Madrid. Mi aventura comenzó en Asturias y decidí continuarla en Italia. Siendo escritora me puedo permitir vivir y conocer otros lugares del Mundo, así que me dije, ¡Roma es un destino perfecto!
Y aquí estoy, aún asimilando tanto…
Si te soy sincera, los primeros días los he vivido un poco aturdida. Después de tres meses en Asturias, en el norte de España, donde todo es calma… llegar a Roma de pronto, con el gran movimiento que esta tiene… ¡uff! me abrumó…
Sin embargo, poco a poco, he ido entrando en su flow.
¿Sabes por qué?
Porque en realidad no era para tanto. Y porque Roma hay que saborearla trocito a trocito, para no atragantarte.
¡Es un manjar inmenso que merece ser masticado despacio!
Pero hay que entenderla, eso sí.
Uno de los motivos que me impulsó a dejar todo (absolutamente todo) y lanzarme a ver qué me contaba el Mundo, fue que quería aprender mucho de otras culturas. Empaparme bien. Por esta razón, presto plena atención a todo lo que descubro.
Desconozco si tu intención es viajar y visitar Roma unos días o tal vez pretendes venir a vivir aquí y buscas planes diferentes. (Me encantaría que me dejaras comentarios y así conocerte mejor).
Sea como sea, tendrás un «primer encuentro con Roma».
Ya sabes que si vienes a hacerte un tour standard en esta ciudad (u otra), vas a marearte y a sobreinformarte casi con total seguridad. Yo recuerdo esos viajes (los pocos que he hecho así, por fortuna) y me saben a empacho.
Se tratan de un bombardeo innecesario de lugares típicos, para hacer la foto típica y contar la anécdota típica, ¿verdad?
¡Pero oye! no me malinterpretes, si te gusta eso es genial. A veces necesitamos ir «sobre seguro».
A mí no me va ese estilo en absoluto. Nunca he tenido la necesidad de ir a todos los lugares de interés turístico de golpe. Sin embargo, sí me ha llamado mucho la atención lo que las personas de la ciudad o pueblo al que viajaba, tenían que contarme.
A las dos semanas y pico de estar en Italia, un amigo que vive en Munich, vino a verme, y a visitar Roma. Solo estaría aquí unos cuantos días. Hubo uno de ellos, que nos hicimos una burrada de kilómetros andando para ver todo lo que pudiéramos. Entramos sin darnos cuenta en el «¿cómo te vas a ir sin ver esto?».
¿Te suena?
¿Sabes qué nos ocurrió?
Que como Roma es una barbaridad tras otra de monumentos y arte en su máxima expresión, cuando ya llevábamos medio día caminando, poco a poco, fuimos perdiendo energía. Como resultado, al llegar a la plaza del Vaticano, mi amigo extasiado me dijo: «ya tengo bastante de Roma por un tiempo».
«¡Nooooooooo!» pensé yo…
¡Qué error tan grande cometimos!
En ese mismo momento entendí que no lo habíamos hecho bien, y que ahora sabría cómo ayudar a mejorar la experiencia de mi amigo, y además, compartirlo con la gente que estuviera interesada.
Y voilà. Resulta que puedo.
(La Vida es increíble).
Te comparto cinco puntos claves para que tengas en cuenta si vienes a visitar Roma en el «formato» que sea:
- ¡Es imposible que puedas ver todo! Roma es inmensa, en tamaño y en tesoros artísticos. Por lo tanto, respira. Asume que, o tienes pensado quedarte al menos un par de años, o vete olvidando de abarcar más de lo que puedas sostener. Roma siempre está aquí. No te empaches.
- Visita uno o dos lugares importantes o que te llamen la atención al día. Luego simplemente disfruta de su cultura. Quizás con paseos por la ciudad, con su gastronomía, su ocio… Menos es siempre más. De esta manera enterarás y gozarás lo que veas. Una visita a un museo o una exposición ha de ser de máximo una hora y media al día. Y Roma es como un museo infinito. Tenlo en cuenta.
- Cada visita que hagas, que sea al máximo de tus posibilidades, es decir, que si te puedes permitir un guía lo contrates. Que si puedes alquilar los auriculares con toda la información más relevante, ni lo dudes. O si prefieres leerte bien y con atención los folletos o libros que tengas a tu alcance, hazlo. Así, integrarás lo que veas y te enriquecerá, que además, de eso precisamente se trata.
- Vas a pasear mucho por la ciudad así que usa zapatos muy cómodos. Entre la calzada Romana y los desniveles del camino, necesitarás que tus pies estén bien sujetos. Mi sugerencia es que pasees sin pretensiones y sin querer llegar a ningún lugar. Que hagas kilómetros, pero disfrutando cada paso, ya sabes…
- Intenta no dedicar todos los días a los lugares más concurridos en Roma. Hay mucho que ver y no tiene porqué (solo) ser donde va todo el mundo. Así tomarás aire. Ya sabes que salirse del circuito de vez en cuando, es necesario. En próximos artículos te compartiré estos rincones que poco a poco, voy descubriendo.
El fin de semana que vino mi amigo, dos personas, me sugirieron dos locales para tomarnos una bebida al acabar el día. Los dos me encantaron. Aquí te los dejo.
Para el relax final:
- El bar San Calisto. Es un lugar auténtico y muy romano para tomar Sptriz. Está en pleno barrio del Trastévere, en Piazza di S. Calisto, 3. El ambiente de por ahí es muy relajado y alternativo. A mí me pareció estar en un bar de Lavapies (Madrid).
- Il Vianietto. En Via del Monte della Farina, 38. Este es genuino. Podrás degustar vinos deliciosos. Buena música ¡importante! Se encuentra dentro de un barrio precioso, como es la zona de Campo di Fiori, (de la que ya hablaré en otro post, porque me encanta).
Como te decía al principio, Roma y yo, poco a poco, nos estamos conociendo y nos estamos cayendo (y tratando) muy bien.
Sé que aún mi aventura italiana ni siquiera ha empezado, pero… quién quiere correr, ¿verdad?
Piano, piano si va lontano…
2 comments
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