¿QUÉ VER EN OSLO?
¿Te preguntas que ver en Oslo?
Estás pensando en una escapada la capital Noruega y no sabes qué es lo que no te puedes perder? ¿Te quedaste con las ganas de descubrir Noruega y sus fiordos, pero solo tienes un fin de semana? ¡Este es tu post! Y si para ti Oslo es poco más que un personaje de «la casa de papel», una ciudad nórdica en la que debe hacer mucho frío y te preguntas ¿Pero qué se me ha perdido a mi en Oslo? En ese caso… ¡Este post también es para ti!
Empecemos con las presentaciones
Oslo, la capital de Noruega, es también su centro económico, político y cultural, su ciudad más poblada, y la tercera con más habitantes de los países escandinavos, y aunque no lo sepas todavía, es un lugar que te sorprenderá ofreciéndote lo que no buscabas… ¡Porque no sabías ni siquiera que existía! Eso me pasó a mi la primera vez que viaje allí… No sé si fueron las noches blancas; si la decoración auténtica y genuinamente natural a base de pedazos de troncos y plantas; o si fueron los pequeños cafés de diseño escondidos en calles llenas de misterio con aroma a premio Nobel o los vestigios de las casas de muñecas en ruinas al girar la esquina. Lo cierto es que en Oslo descubrí facetas de mí que desconocía; desarrollé una personalidad más intimista, más profunda, más creativa, más honesta, más… todo aquello que Oslo representa.
Christiania
¿Sabías que Oslo tuvo otro nombre durante 3 siglos? ¿Has oído hablar de Christiania? La ciudad de Oslo fue totalmente destruida por un gran incendio en 1624, y Cristian IV de Dinamarca y Noruega la reconstruyó, cambiándole el nombre en su honor. Más tarde, en 1897 la Ch fue sustituida por una K (mi letra favorita), convirtiéndose en Kristiania. La capital de Noruega recuperó solo en 1924 el nombre que había tenido desde su fundación en 1048 por el rey Harold III de Noruega. No se sabe si el nombre de Oslo viene de su significado «prado» por tratarse de un antiguo lugar de culto pagano (el prado -Oslo- consagrado a los dioses), o proviene del nombre de una granja que existió en los primeros asentamientos en Bjørvika.
¿Qué ver caminando por Oslo?
Si lo tuyo son las caminatas, lo difícil será escoger una. No hay mejor forma de conocer la ciudad y sus alrededores que caminando a lo largo de sus agradables paseos. Los domingos la mayoría de los establecimientos cierra, la ciudad descansa y la gente sale a pasear. Si no te apetece cruzarte con mucha gente, elige otro día de la semana. Aquí tienes nuestra selección de caminos para quedarte con lo mejor de Oslo:
Grefsenkollen
Si quieres unas vistas increíbles de la ciudad, su fiordo y los bosques que lo rodean, prueba este paseo de 3,1 kilómetros, que te llevará una hora aproximadamente. Cuando acabes podrás recuperar fuerzas en un bar con vistas alucinantes, o cenar comida típica noruega en el restaurante Gourmet.
Akerselva
Si lo tuyo es la historia, acércate al mayor lago de Oslo, el Maridalsvannet; es el mejor lugar para iniciar el camino a lo largo del río que separa la parte oriental de la ciudad de la occidental. A lo largo de este paseo de 8 kilómetros a través de zonas verdes, parques y áreas de recreo, te encontrarás con antiguos edificios que simbolizan la industrialización que tuvo lugar gracias a la energía hidráulica proporcionada por el río. Muchas de estas antiguas fábricas, talleres y aserraderos han sido reconvertidos en cafeterías y galerías de arte.
Bygdøy
Si lo tuyo son los museos, este sendero te llevará a los más interesantes. La mayoría de los templos de la cultura en Oslo se encuentran en una península boscosa, situada al oeste de Oslo, llamada Bygdøy. Entre ellos cabe destacar:
Museo Fram
Un must que debes ver en Oslo. En el museo Fram podrás ver como era un barco del siglo XIX dedicado a la exploración polar y conocer la historia de noruegos ejemplares como Roald Amundsen.
Museo Kon-Tiki
Dedicado a la vida del aventurero Thor Heyerdahl, el museo Kon-Tiki alberga una interesante colección de embarcaciones y objetos usados en sus expediciones
Museo del Pueblo Noruego
Si quieres viajar en el tiempo no te pierdas esta exposición al aire libre. En el Museo del Pueblo Noruego encontrarás réplicas bastante realistas de las casas tradicionales del país, y también podrás ver cómo eran por dentro. Descubrirás las tradiciones y costumbres de este pueblo, verás cómo vestían y vivían los noruegos hace cinco siglos, y podrás colarte en sus fiestas y celebraciones.
Qué comer en Oslo
Café
Después de tanta caminata y ver tantas maravillas en Oslo, es hora de reponer fuerzas. En el Tim Windelboe podrás elegir entre una gran variedad de cafés. Se trata de un lugar sobrio, sencillo, donde el protagonista es el café. Si eres indeciso, los camareros te ayudarán a elegir explicándote muy amablemente las características de cada uno.
Gastronomía
Para el día a día, si quieres huir de pizzas, kebabs y hamburguesas, que son las opciones más asequibles y presentes en la ciudad, tenemos algunas propuestas con precios razonables para este país, cuyo único defecto son los precios.
Kaffistova
No es la mejor comida noruega, pero es una buena opción por su localización en pleno centro, carta local y precios decentes. En el Kaffistova podrás probar sus clásicas albóndigas de carne, salmón al vapor, gambas con limón y pasteles de carne.
Schrøder
Cuando pruebes sus pasteles de carne de reno con salsa de frutos rojos, entenderás porque este restaurante es el preferido de Harry Hole, el detective de las novelas de Jo Nesbø. Con más de cien años de historia, el restaurante Schrøder te sorprenderá por sus platos caseros y por su arte. Sus paneles y óleos de artistas locales que representan la ciudad y los campos que la rodean, te resumirán tu escapada de fin de semana en imágenes.
La última cena
Si quieres intensificar tu conexión a la naturaleza a través del paladar, y para ti una buena comida vale más que mil palabras, no te pierdas el Maaemo. Se trata del único restaurante del país con 3 estrellas Michelin, y el primero en usar exclusivamente materias primas ecológicas. Su nombre significa madre naturaleza en noruego antiguo, y de eso se trata, ingredientes naturales y minimalismo. Te recomiendo que lo dejes para el final, para la última cena. Su menu de 20 platos te trasladará a lo mejor de los paisajes de Noruega y sus fiordos. Cierra los ojos, abre la boca, y déjate llevar. Es caro, pero es de esas experiencias que una vez en la vida merece la pena tener.
Lánzate al agua
No te vayas de Oslo sin darte un baño en una de las pocas playas nudistas que encontrarás en una capital europea. No te estoy pidiendo que te tires a la piscina, te estoy invitando a que salgas de tu casa de muñecas y que te lances al agua; su temperatura te sorprenderá, y su paz también. Inspírate con la obra de Henrik Ibsen, libérate de los roles establecidos, de todo aquello que te ata sin sentido, y disfruta de tu yo más puro y auténtico en medio de la naturaleza más evocadora y genuina. Esto es Oslo. Y mucho más.