Al salir de Madrid me deshice de todo, incluidos mis libros. Pero la pasión por los mismos se vino conmigo. Allá donde vivo, siempre tengo librerías cerca que me llaman. Te comparto algunas de las que lo han hecho (de momento) en Roma.
En el primer lugar que empecé a vivir en Roma fue en Garbatella. Yo no tenía ni idea de dónde llegaba. Mi búsqueda de casa fue una confianza absoluta en la fluidez.
Si quieres fluir tienes que dejarte llevar por completo, y para poder hacerlo, la confianza en que todo estará bien, es ingrediente básico.
Y resulta que caí (cómo no) donde debía. En la casa en la que estuve las dos primeras semanas romanas si no había tres mil libros no había ninguno. Para alguien que escribe es un paraíso.
Venía de Asturias a Roma directamente. Mis tres meses anteriores habían sido en aldeas muy pequeñas de Piloña. El contraste era mucho, extremo diría.
Los primeros días aún no había encontrado mis sitios de culto.
Allá donde vivo me gusta sentir bien cerca una buena cafetería y librerías.
Desde el primer día que llegué a Garbatella, salí a pasear. Sin embargo siempre lo hacía en la misma dirección, no sé, me dio por ahí.
Un día en vez de ir a la derecha, bajé mi calle a la izquierda. Y fue una grata sorpresa encontrarme con la primera de las librerías que te presento.
Para que tener acceso a otras realidades, hacer algo diferente, te abre el portal de las infinitas posibilidades.
- La librería Le Storie. En Via Giulio Rocco, 37/39.
El día que la descubrí era ya a última hora de la tarde, y desde luego la energía del lugar me envolvió.
Me asomé y había una especie de dramatización. Luego me enteré que era la celebración de los once años que llevaba la librería abierta. Ese día salí de allí porque no entendía muy bien si era una fiesta privada o no, pero como no podía ser de otra manera, volví al día siguiente a conocerla mejor.
No sé, lo que me encantó fue una mezcla de todo. Stefania, una de las socias, radiante, me dio la bienvenida y me enseñó la primera de las librerías. Me presentó a las personas que había por ahí. Estaban aún prácticamente de celebración por el aniversario.
La librería tiene un espacio para desayunar, tomar café o infusiones e incluso te preparan comida.
Ese día terminé tomando pizza y vino con Stefanía. Hablamos con mi escaso italiano de entonces, pero conectamos bien. (Ya te conté en el anterior artículo que conectar con las personas de Roma es fácil).
Salí de ahí encantada. Estaba a tres minutos exactos de mi casa, y desde ese día fui varias mañanas a trabajar sobre mis artículos o los cursos de escritura que imparto.
Un café o una infusión buena, música como la que tienen de fondo, y ese repertorio de libros que ofrecen, es una gran fuente de inspiración para cualquiera.
Todas las semanas encuentras eventos, presentaciones, reuniones… es casi un centro de reunión entre amigos, y amantes de la lectura y la escritura.
Hoy me he pasado de nuevo por allí después de un tiempo sin ir, el lugar estaba tal y como lo recordaba. Mismo sentir. No sé cómo, he acabado tomando café con un editor y un amigo suyo.
Si todo lo que rodea al libro te atrae por lo que sea, te sugiero sin duda que vayas, te presentes y disfrutes de lo que tienen para ofrecerte.
Después de Garbatella, por avatares de la vida, me fui a vivir a la otra punta de Roma. San Agnese/Annibaliano. Del sur al norte.
- Ahí descubrí la libreria Tra le Righe en Viale Gorizia, 29.
Fue también una tarde de paseo. Buscaba tomarme algo caliente y de pronto la vi. Entré sin dudar y me senté a beber una infusión y escribir en mi cuaderno.
Empezó a llegar gente a una presentación de un libro y yo que estaba al final del local, me di cuenta que no podía salir, así que seguí fluyendo y me quedé.
Y bueno, asistí a una presentación muy interesante.
Siempre es enriquecedor ver a alguien compartir su propia creación.
Para fluir, a veces en lugar de luchar contra una situación, lo que hay que hacer es aceptarla y ver hacia dónde te lleva. Entonces encuentras su «para qué».
En la librería Tra le righe, hay libros de segunda mano, revistas independientes, exposiciones.
No llegué a hablar con la dueña porque ese día había mucho jaleo. En esta ocasión, solo fui una vez.
Sabía que iba a estar poco viviendo en esa zona, pero sin duda hubiera uno de «mis sitios».
Como ves, las librerías de Roma están plenas de actividades sociales y culturales.
Llenas de Vida, como yo siento la ciudad.
- Otro local que te va a interesar (este no es librería). Es un lugar para amantes de los libros y el café (genial combinación). Coffe Type, en Vía Nomentana 172/174.
Esta cafetería abrió justo cuando vivía por ahí, y parece que está diseñada para para escritoras.
Un lugar lleno de máquinas de escribir antiguas. De hecho, la decoración es como si estuvieras dentro de una. ¡El techo son teclas!
Fotografías de escritoras de todas las épocas, frases célebres en las paredes. Café y comida tan excelente como el trato…
¿Qué te voy a decir? ¡Qué vayas si pasas por ahí!
Yo supe que ese era mi lugar por el tiempo que me quedara por esa zona. Y lo fue. Además, como ya te he dicho otras veces, me apasiona apoyar proyectos nuevos, y siempre me encuentro dispuesta a ello.
Y ahora estoy por la zona de San Giovanni. Es un barrio lleno de vida. Por aquí he descubierto ya dos librerías que me han gustado mucho.
- La primera es la Librería enoteca, en Via di S. Giovanni in Laterano, 81.
La vi por «casualidad» como por casualidad me topé con el Coliseo al final de su calle. Y por «casualidad» me encontré dentro a Marina, una chica que acabo de conocer y estaba en una cata de vinos.
Cuando dejas que la fluidez guíe tu vida, esta se llena de «casualidades» que no sabrás explicar, pero te indicarán que vas bien.
Es una librería que además tiene libros de segunda mano. Y como su nombre indica, es un lugar en el que se dedican a las catas de vino.
Y muchas más cosas como conciertos, teatro, encuentros literarios, cineforum, presentaciones…
Volveré sin duda. Parece que tiene mucho que ofrecerme.
En esa misma calle encuentras además tiendas de discos de segunda mano, boutiques, restaurantes y cafeterías.
- La segunda y última de esta zona, es la Librería Coreander en Piazza di S. Giovanni in Laterano, 62.
A esta librería he ido dos veces. La primera, una vez más por casualidad en uno de mis paseos. Entré y estaban a punto de presentar un libro.
¡Otra vez!
El otro día publicaba en mis redes sociales que el 90% de las las librerías a las que entro están justo haciendo una presentación de una novela.
Desde luego, lo de dentro es lo de fuera.
La vida puede ser muy divertida cuando descubrimos su lenguaje.
Si te dejas llevar por esta fluidez, no tendrás que hacer ningún esfuerzo para que tu realidad tenga abundancia de todo aquello que tu Corazón desea.
El primer día que entré ya charlé con quienes estaban allí trabajando. Hablamos sobre libros italianos, editoriales y traducciones.
(Mi nivel de italiano ya da para más).
Ayer volví a tomar información para el blog. Me atendió una chica que también se llama Stephania (como la de la librería Le Storie).
Me estuvo contando las particularidades de la librería.
Al estar ubicada en un lugar muy céntrico, tienen una buena oferta de libros sobre Roma.
También hay una gran sección de libros ilustrados para niños. Y una parte recién añadida a la librería para libros usados, en la que se aceptan donaciones.
Lo genial de este último encuentro es que también me contó que una vez al mes hacen un círculo de lectores.
Leen un libro y lo comentan al mes siguiente. Con un aperitivo al finalizar. Esta actividad tiene un precio de 3 €.
Y fue mi regalo al completar mi recogida de información para el artículo, porque desde luego, me resulta un plan que ni a medida.
La fluidez te pide que te enfoques en el dar, del abastecer, se encarga ella.
Todas las librerías que te he compartido son independientes igual que la mayoría de los libros que venden, pertenecen a editoriales independientes.
Como escritora novel de ficción es una buena noticia.
Solo queda que acepten también la autoedición.
Para la cultura italiana es muy importante que el manuscrito haya sido aceptado previamente por una editorial reconocida.
Pero los tiempos están cambiando muy deprisa… afortunadamente.
(Principio de confianza, ya sabes…).