10 planes para un viaje a Grecia inolvidable

¿Estás planificando un viaje a Grecia pero no sabes ni por dónde empezar? No te preocupes. Yo vivo allí desde hace más de diez años y, como experta en el tema, en este artículo te voy a proponer 10 planes para un viaje a Grecia inolvidable. Hay muchas cosas que ver y disfrutar, y todas no caben en este artículo, pero con mis sugerencias seguro que empiezas ya a hacer la maleta. ¿Comenzamos?

Planifiquemos el viaje a Grecia: veamos el mapa

Grecia es un país relativamente pequeño: su superficie es casi similar a la suma de Andalucía y Extremadura juntas (131 940 km²), aunque sobre el terreno el tema es un poco más complicado. Además de la zona continental, tiene unas 6000 islas, de las cuales menos de 200 están habitadas. Os recomiendo mirar bien el mapa antes de cerrar la maleta.

Ahora toca preguntarse ¿cuál es nuestro destino soñado? Las Islas Griegas suele ser una de las respuestas más frecuentes, si bien debéis saber que para ir a cada una de ellas se necesita tiempo. Si vuestras fechas son limitadas, lo mejor es programar bien vuestro viaje a Grecia e ir a lo seguro.

La improvisación también es emocionante siempre que tengáis tiempo y recursos, pero hay que tener en cuenta que a veces las carreteras o los barcos no son tan rápidos o frecuentes como esperábamos. Es más, las distancias no suelen ser lo que vemos sobre el papel, ya que, además de las nuevas autopistas de peaje hay muchas carreteras de montaña que podrían ralentizar vuestra ruta.

Os recomiendo pensar qué queréis ver y hacer, elegir una zona e ir a por ella a tope, para allí descubrir todas las maravillas que esconde el país en cada rincón. Aparte de las islas, el país ofrece multitud de destinos que podéis descubrir en varias visitas, combinando playa con espacios urbanos, naturaleza, cultura y deportes de aventura. Sigue leyendo y un poco más abajo encontrarás varias propuestas de rutas para hacer de siete a diez días.

 

Diez propuestas para tus vacaciones en Grecia

 

1. Atenas y las Islas del Egeo: Mykonos y Santorini

Unas vacaciones de entre una semana a diez días son suficientes para tener un primer contacto con Atenas y una o dos islas del Egeo – las más populares son Santorini y Mykonos, aunque hay muchas más-, contando con que el viaje a las islas suele llevar varias horas en ferry. Merece la pena la travesía sobre todo para los que vivís en zonas de interior y tenéis ganas de sentir la experiencia de navegar por alta mar.

La combinación gran ciudad + isla es perfecta para empaparse de un poco de Historia con mayúscula. Podéis ver la Acrópolis, el Partenón y sus museos un día o dos, callejear, comer y hacer muchas fotos por los barrios de Monastiraki y Plaka otros dos o tres días, y luego coger el ferry y disfrutar de la vida noctura en Mykonos, o de las románticas imágenes de Santorini. 

Mykonos es conocida en todo el mundo por sus molinos de viento y su ambiente cosmopolita. Tiene además bonitas playas organizadas, restaurantes de alta cocina, DJs internacionales en clubes y fiestas privadas, y famosos visitantes -futbolistas, actores, millonarios en general-. El alojamiento aquí va acorde con el entorno, es decir, de caro a carísimo, pero también se pueden encontrar precios asequibles buscando un poquito.

Santorini, en cambio, es una preciosa isla volcánica, mucho más tranquila, con una imagen de postal: casitas blancas y azules frente al mar, playas de arena negra y roja y atardeceres maravillosos. Tiene además mucha historia, arqueología y pueblecitos escondidos para hacer muchísimas fotos y dar rienda suelta al amor. 

También podéis optar por quedaros en la capital y conocer la vida cultural de Atenas a fondo: sus conciertos, clubes y festivales de todos los estilos musicales son de lo mejorcito de Europa, y la oferta museística es de las más atractivas y modernas del mundo. Volveremos con ello más adelante.

 

2. Delfos

De vuelta en la Grecia Central , y a los pies del Monte Parnaso, no debemos olvidarnos del archiconocido Oráculo de Delfos. Se trata nada menos del centro del Universo según los antiguos griegos, y es una visita obligatoria para los fanáticos de la arqueología. Se encuentra a unas dos horas de Atenas, y lo mejor es reservar un viaje organizado desde Atenas o una visita guiada en español para empaparse bien los mitos, leyendas e historias que os van a encantar.

 

 

3. Las Islas Jónicas

Corfú

Una propuesta menos trillada y lista para el disfrute de los que tienen ganas de mar y naturaleza a tope son las Islas Jónicas. En verano hay vuelos directos desde varias ciudades de España a Corfú, por lo que es fácil y cómodo llegar al jardín del Jónico. Una vez allí, podéis alquilar un coche o moto para recorrer todas sus playas y verdes paisajes a vuestro ritmo en al menos tres o cuatro días (sin olvidaros de la vida nocturna), y luego trasladaros a descansar en alguna de las pequeñas islas de la prefectura, a menos de una hora en barco. Podéis encontrar muchas ideas en la página Vive Corfu, donde os harán una propuesta personalizada y en español para alojamiento, traslados y excursiones en vuestro próximo viaje a Grecia.

 

Paxos, Antipaxos y las Diapontias

Al sur de Corfú están las islas de Paxos y Antipaxos, absolutamente idílicas, y consideradas entre las más hermosas del mundo por el color espectacular de sus playas azul esmeralda y la tranquilidad que se respira, aún en temporada alta. A Paxos se llega desde Corfú cómodamente en dolphin, hydrofoil o ferry, y el trayecto dura entre cincuenta minutos y una hora y media. Antipaxos es una isla virgen a la que os pueden llevar en barca motorizada desde el puerto de Paxos, y hay quienes se quedan y hacen camping en alguna de las playas, ya que para alojarse allí tan sólo hay tres villas de lujo de precio casi inalcanzable.

Al norte de Corfú están las islas Diapontias -Othoni, Mathraki y Erikoussa, mucho menos conocidas pero igualmente bonitas y tranquilas, a las que se llega desde los puertos corfiotas de Sidari o San Stefanos West en una barca a motor que sale una vez al día. Estas islas están cubiertas de olivos y cipreses y, a pesar de ser muy pequeñas, tienen una selecta lista de alojamientos para todos los bolsillos.

 

Lefkada, Ítaka, Cefalonia y Zakynthos

Al sur de Corfú se encuentran Lefkada, Ítaka, Cefalonia y Zakynthos, las Jónicas más destacadas además de Corfú.

A Lefkada se puede ir en coche atravesando un puente que continúa la carretera de Preveza, y tiene, sobre todo, playas espectaculares. La isla de Zakynthos o Zante, de paisajes fabulosos, es famosa por el misterioso barco naufragado.  Kefalonia es la mayor de las jónicas, aunque mucho menos verde, y se conoce por sus calas de arena blanca y por haber sido escenario de la película La Mandolina del Capitán Corelli.

 

4. El Dodecaneso

Este archipiélago, con 23 islas habitadas y 140 desiertas, es la zona más alejada de la Península griega. Rodas, Cos y Patmos son las más conocidas, y a muchas ellas se puede llegar en avión en verano, o en ferry desde el puerto del Pireo (ojo, que son 24 horas de viaje). Merece la pena elegir una de estas islas para pasar unos días tranquilos y perderse en sus playas de blancas arenas. Como curiosidad, algunas de ellas se encuentran a unas pocas millas de la costa de Turquía.

 

 

5. Las Islas del Egeo Norte y las Espóradas

Mucho más cerca del continente, las siete Islas del Egeo Norte esconden playas y montañas bastante menos masificadas. Cada una tiene su carácter propio, probablemente porque no están comunicadas entre sí y para llegar hay que pasar por los puertos de Atenas o Kavala, una pequeña ciudad costera situada al Este de Salónica. De las doce islas las más conocidas son Lesbos, Quíos, Samos e Icaria.

Las Espóradas se encuentran al Oeste y conservan una impresionante belleza natural, playas semi-desiertas y pueblecitos muy típicos. Skiathos, Skopelos, Alonissos y Esciro son las únicas habitadas, a las que también se llega en ferry, cómo no. Por cierto, que en Skopelos se rodó la película Mamma Mía. ¿Hay alguien que no la haya visto?

 

6. El Peloponeso

Un viaje a Grecia no tiene por qué centrarse exclusivamente en las islas. La península del Peloponeso es perfecta para un viaje por carretera y embeberse de mitos, paisajes alucinantes, e historia: Micenas, Esparta, Olimpia, el teatro de Epidauro o Corinto se encuentran muy cerca y son muy fáciles de visitar. Yo recomiendo elegir un hotel en Nafplio, por ejemplo, y desde allí organizar vuestra ruta, para luego continuar hacia el sur haciendo un par de noches en Monemvasia o incluso en Olimpia. En el Peloponeso, playa, paisajes y cultura crean una simbiosis perfecta.

 

Qué hay que ver en el Peloponeso:

• La Argólida, patria de Jasón y los Argonautas, cuna de la civilización micénica y tierra de batallas milenarias. 
• Micenas, la capital del reino de Agamenón, que fue descubierta siguiendo los relatos de Homero en su Odisea.
• Antiguo Epidauro, con el famoso teatro de acústica perfecta, y la playa donde haciendo snorkel descubrimos una ciudad sumergida (aunque no fuimos los primeros nos hizo mucha ilusión).
• Nafplio, una preciosa ciudad llena de flores y casas de colores con un impresionante castillo construido por los turcos.
• Esparta y la tumba del famoso héroe Leónidas.
• Monemvasia, pequeña ciudad medieval fortificada con unas playas maravillosas.
• Corinto, con el famoso istmo que se puede recorrer en coche o en barco.
• La Antigua Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos.

 

7. La Isla de Creta

Creta merece al menos un viaje por sí misma: es la isla más grande de Grecia y una de las mayores del Mediterráneo. Con un clima subtropical, playas y montaña se combinan en un cóctel mágico. Dado que las comunicaciones son complicadas, lo mejor es escoger una zona para conocerla bien y no pasarse la mitad de las vacaciones conduciendo por carreteras sinuosas.

Os propongo dos opciones:

1. Heraklion, la capital, y Cnosos. Heraklion tiene un aeropuerto internacional y también rutas en barco directo (ocho horas) desde el Pireo. Es una ciudad bonita, moderna y bastante grande con mucha vida, zonas comerciales y oferta de ocio, especialmente para familias. Las playas, organizadas, no están lejos, a una media hora del centro. Una vez allí también podéis acercaros a los impresionantes yacimientos minoicos de Cnosos, cuna del famoso Minotauro, y a los pueblos de montaña en la zona del interior, llenos de casitas de piedra y con muy buena gastronomía.
2. Chania o La Canea, la segunda ciudad en importancia, también tiene aeropuerto. Está considerada como una de las ciudades más bonitas de Grecia, con un casco antiguo casi intacto y una preciosa mezquita. No lejos de aquí encontraréis playas fantásticas rodeadas de cedros, así como espacios naturales impresionantes, cañones, montañas y deportes de aventura.

 

8. El Épiro o Ípiros

Una de las regiones que más me sorprendió en mi primer viaje a Grecia continental fue El Épiro. Se trata de una zona rural montañosa que se puede visitar durante todo el año. La capital, Ioannina, es una ciudad moderna con un bonito barrio antiguo de tradición turca, y un lago con cisnes y castillo muy recomendado para instagramers de pro.

 

Toda la provincia está cuidadísima, con carreteras en muy buen estado y excelentes alojamientos. Es muy conocida por sus impresionantes montañas, ríos, gargantas y pueblos de cuento en miniatura, pero sobre todo por la oferta de deportes de aventura: esquí, rafting, canoas, descenso de cañones y barrancos, escalada, parapente o jeep safari son algunas de las actividades que podréis disfrutar en los espacios naturales de la cordillera del Pindo y sus alrededores. Nosotras elegimos hacer rafting en el río Voidomatis con Aquileas de Alpine Zone, un equipo genial y súper profesional. 

 

La costa en El Épiro

No hay que olvidar que, además, hay unas playas magníficas en Parga donde practicar, entre otros, esquí acuático, parasailing o paddle surfing, o directamente tumbarse a tomar el sol y descansar. Un poco más al sur podemos visitar la bonita ciudad de Preveza, que tiene mucha historia, castillos, un puerto deportivo y playas muy limpias y organizadas.

Por cierto: esta región debe ser recorrida en coche, con un buen GPS, y con mucho apetito para degustar la increíble cocina tradicional que se sirve en las tabernas de cada pequeño pueblo.

 

 

9. Meteora

Desde el Épiro se llega fácilmente en menos de dos horas a Kalambaka y Meteora, adonde también se puede ir en tren desde Salónica. Meteora es uno de los lugares que no hay que perderse por nada del mundo, ya que parece el escenario para una de las historias de la saga Tolkien. Poneos calzado cómodo para subir a sus increíbles monasterios que (casi) están suspendidos en el aire, y han sido hogar de monjes ortodoxos desde hace más de mil años.

 

 

10. Salónica y Macedonia

Capital de la prefectura de Macedonia, Thessaloniki o Salónica es la segunda ciudad en tamaño e importancia de Grecia. Para mi gusto es la ciudad perfecta: cosmopolita, llena de vida todo el año, con una vibrante actividad cultural y un ambiente y diseño urbano que me recuerdan a Barcelona en miniatura.

Hay un montón de cosas para ver: el paseo marítimo, la Torre Blanca, y el Castillo y Ciudad Alta, a los que se llega atravesando un hermoso barrio lleno de casitas de colores y calles empedradas, y desde donde la vista de la ciudad es simplemente espectacular.

Desde Salónica podemos acercarnos a visitar sitios muy interesantes como la tumba del Filipos, el padre de Alejandro Magno en Vergina, hacia el Sur en la Tesalia, Chalkidiki y el Monte Athos -la triple península con forma de dedos-.

El Noreste de Grecia próximo ya a Bulgaria, se encuentra muy cerca y es de una enorme belleza natural y gran influencia musulmana –Drama, Kavala, Xanthi y Alejandrópolis. 

 

Conclusión

Me temo que os lo he puesto difícil. Como habréis podido daros cuenta, un viaje a Grecia es mucho más que playas y ocio nocturno, y tiene una enorme oferta turística para todos los gustos -y bolsillos. Estad atentos a mis próximos artículos con muchas más ideas, consejos y experiencias para un viaje inolvidable en https://www.elviajeroexperto.com/europa/grecia/